48 horas en Cascais, entre clases de surf y talleres de cocina

Hay quien viene buscando el Cascais de toda la vida, esa Riviera portuguesa saturada de recuerdos de espías y aristócratas. Pero el que ahora lo peta es el Cascais más moderno, el de los ciclistas y los surfers, donde los visitantes toman clases de cocina portuguesa y alucinan con arquitecturas como la del museo Casa das Histórias, obra de todo un premio Pritzker.

Por Andrés Campos

DÍA 1

09H Al desayuno en bici en las dunas de Guincho

Quien no se mantiene en forma en Cascais es porque no quiere, porque hay bicis para todos los gustos y bolsillos y una vía verde estupenda, que va por la costa hasta la playa de Guincho, a 9 kilómetros. La bici se puede coger prestada sin cargo en muchos hoteles, hacerse con una del servicio público MobiCascais (mobicascais.pt) o alquilar una de mejor calidad, incluso eléctrica, en Aquastart (aquastart.pt), en el puerto deportivo.

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El café se puede tomar al lado de Guincho, en la terraza del centro de interpretación de la Duna da Cresmina (dunadacresmina.com), contemplando las montañas de arena que el viento forma en esta playa indómita. O, de vuelta, parar a tomarlo en Casa da Guía, un palacete del siglo XIX con dos hectáreas de jardín, sobre un acantilado, que ahora es un precioso centro comercial, de restauración y de ocio. La vista no tiene precio.

10H Del mercado a la cocina

Los miércoles y los sábados, los vendedores de frutas y verduras abarrotan el Mercado da Vila. Es un mercado al revés, porque los puestos ambulantes están en el centro, bajo la cubierta principal, y los comercios fijos (pescaderías, panaderías, restaurantes…), alrededor. Mejor que visitarlo por libre, es hacerlo con Ana Paula Trinidade, propietaria, chef y maestra de Cooking Memories (cookingmemories.pt), restaurante y atelier de cocina situado en el puerto deportivo. Después, ya en los fogones, Ana Paula enseña a preparar un típico caldo verde y un bacalao à lagareiro (con patatas asadas, aceite y ajo). Al acabar la clase viene lo mejor: comérselo todo. Como los comensales toman lo que ellos mismos han cocinado, no hay sorpresas ni protestas. Todos contentos.

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16H Faro-museo de Santa Marta

El rincón más coqueto y fotografiado de Cascais, el faro blanquiazul de Santa Marta, es un museo lleno de ópticas impresionantes, incluida una de las mayores del mundo, procedente del faro del archipiélago de las Berlengas. A un tiro de piedra (160 metros), otro rincón de postal y otro museo imprescindible: el palacio de los Condes de Castro Guimarães, una casona torreada de aire romántico y medieval, lamida por el mar, que está prácticamente nueva, pues sus dueños solo la habitaron de 1890 a 1927.

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20H Tapas con mucho arte

Antigua residencia de verano de los reyes de Portugal y ahora del presidente de la República, la ciudadela de Cascais es una lujosa pousada (pousadasofportugal.com) que alberga un art district, con galerías y estudios abiertos donde se puede ver trabajar a los creadores. Esta fortaleza costera es también un buen lugar para cenar de petiscos, o sea de tapas, en la Taberna da Praça. Tapas como las pieles de patata fritas con sal especiada o el pica-pau com molho da taberna (carne en salsa).

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DÍA 2

10H Surf y kitesurf

Si ayer se empezó el día pedaleando. Hoy, cabalgando olas en la playa de Carcavelos, que es la preferida de los surfistas locales, a juzgar por los cientos que se reúnen todos los días. O haciendo kitesurf en Guincho, que es la ventosa meca de este deporte. Para hacer surf, Wanted Surf School (wantedsurfschool.com) tiene instalaciones y profesores en las playas de Carcavelos y Guincho.

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12H Las pirámides de Souto de Moura

De los 16 museos que se ven paseando por el Barrio de los Museos (bairrodosmuseus.cascais.pt), el más llamativo es la Casa das Histórias (casadashistoriaspaularego.com/pt), dedicado a la pintora Paula Rego. Las obras de esta podrán gustar más o menos, pero maravillado deja el edificio del premio Pritzker Souto de Moura, cuyas enormes chimeneas naranjas asoman como pirámides mayas sobre los selváticos verdores del parque Marechal Carmona.

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17H Atardecer en el cabo da Roca

Al norte del municipio se extiende el Parque Natural de Sintra-Cascais, cuyos acantilados de más de cien metros de altura forman, en el cabo da Roca, la punta más occidental de la Europa continental. Tan al oeste está, que el sol tarda 20 minutos más en ponerse aquí que en el otro extremo de la península Ibérica, el cabo de Creus (Girona).

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19H Pulpo, mojito y helado de fresa

Frito, en carpaccio, en ensalada, con arroz, en feijoada, à lagareiro… Menos a la gallega, el pulpo lo hacen de todas las maneras en Polvo Vadio, un restaurante céntrico y minúsculo, con solo cinco mesas. Fantástico, de postre, el semifrío de mojito. Y más fantástico aún, el helado de fresa de Santini, que es la heladería más antigua de Cascais, de 1949. Al comerlo se mastican trocitos de fruta.

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GUÍA PRÁCTICA

Cómo llegar

Varias compañías ofrecen vuelos desde distintas ciudades de España a Lisboa, con precios a partir de 19 € por trayecto. El aeropuerto de Lisboa está a 37 kilómetros de Cascais. También en tren (cp.pt) con varias frecuencias al día.

Dónde dormir

Pegado al faro de Santa Marta, en la zona más atractiva de Cascais, está el Farol Hotel (farol.com.pt), una mansión del siglo XIX decorada con muebles de diseño y obras de arte contemporáneo. Sobresalientes, las vistas y la piscina al borde del mar. Tiene dos restaurantes para alternar: The Mix (cocina de fusión mediterránea, a cargo del chef Sebastian Fritye) y Sushi Design (japonés). Quien prefiera algo más rural, en la Quinta do Rio Touro (quinta-riotouro.com), dentro del Parque Natural de Sintra-Cascais, a solo 3 kilómetros del cabo da Roca.

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Dónde comer

En O Pescador, una antigua taberna de pescadores, abierta en 1964, llena de fotos de famosos que han pasado por ella: Yves Montand, Johnny Hallyday, Julio Iglesias… El pescado fresco a la brasa es su fuerte. En el Mercado da Vila, hay otro buen restaurante de pescado, Marisco na Praça (marisconapraca.com), y uno de carne, Rubro (restauranterubro.com). En el primero, acierta quien pide el arroz de marisco. En el segundo, el chuletón de buey a la parrilla. También acierta quien pide polvo en Polvo Vadio el templo del pulpo en Cascais. Pero es un templo chiquitín, donde solo caben 16 fieles. Está en Afonso Sanches, 47, a 200 metros del Ayuntamiento.

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