Astorga, la escapada que siempre le apetece a Dani Martínez

Siempre que puede se aleja del ajetreo de la gran ciudad a su tierra en busca de calma. Y es que el humorista y actor está especialmente orgulloso de sus orígenes, a los que se refiere siempre que puede. La localidad leonesa que le vio nacer hace 33 años es mucho más que un cruce clave en el Camino de Santiago. ¿Quieres que te contemos cuáles son sus lugares imprescindibles?

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Está en uno de los mejores momentos de su carrera. Tanto en el teatro con los monólogos como en televisión por series como El Chiringuito de Pepe, a Dani Martínez no le falta trabajo, lo que le mantiene todo el tiempo ocupado y en Madrid. Pero, cuando consigue reunir algunos días libres, le gusta viajar a su tierra, descansar y disfrutar de la calma. Y Astorga es el lugar perfecto para alejarse del mundanal ruido.

Como ciudad de origen romano, Astorga está cargada de historia. Cada calle esconde algún resto de la época en la que el emperador Augusto estableció allí el campamento de la Legio X Gemina. Puedes visitar parte de las murallas que rodeaban la ciudad, así como las termas, el foro, el templo de Augusto o las cloacas. Destaca entre las maravillas romanas la Ergástula, una galería abovedada de 50 metros donde se ubica el Museo Romano de Astorga.

Si hay algo que no te puedes perder en esta ciudad leonesa es su catedral, mezcla tantos estilos arquitectónicos y que sorprende por su altura y luminosidad. A solo unos pasos de la catedral, el Palacio Episcopal deja sin palabras. Un edificio neogótico de granito gris que es obra del arquitecto por excelencia en este estilo: Antoni Gaudí, y donde cada estancia es una obra de arte, especialmente la Capilla y el Salón del Trono.

En el casco antiguo, la plaza de España es el núcleo de la vida en Astorga. Está rodeada de soportales y la preside el edificio del Ayuntamiento, con sus torres gemelas culminadas con sendos obeliscos. En su fachada llama la atención el reloj que anuncia el paso de las horas de la mano de Juan Zancuda y Colasa, dos autómatas maragatos encargados de golpear con su maza la campana.

Otra sorpresa más de Astorga es su tradición chocolatera, que hizo que hubiera hasta 50 fábricas en el siglo pasado, y para dar buena cuenta de ello, nada como pasar por su Museo del Chocolate (museochocolateastorga.com), en cuyo interior se muestra una gran colección de utensilios relacionados con el proceso de elaboración y curiosos objetos del mundo del cacao. Toda una delicia para saborear.

A Astorga también se viene a comer. Sobre todo, el cocido maragato, su contudente plato típico, ideal para disfrutar tras un paseo por la ciudad. Para degustarlo, restaurantes como Juan Luis (San Pedro, 49), que se jacta de cocinar esta receta casi a la perfección. También tradicional es la cocina de Las Termas (Santiago, 1), pero si lo que se busca otra alternativa, al lado de la catedral queda Karne Magna (Av. de las Murallas, 71), toda una experiencia con los mejores productos de la tierra leonesa.

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