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Charlene de Mónaco ha concedido una entrevista desde el ala privada del Palacio Grimaldi. Acompañada por sus perros, los chihuahuas Harley y Tia y tomando una taza de café, la esposa del príncipe Alberto ha hablado de su familia, de su salud y de cómo prepara a su hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, que acaban de cumplir ocho años, para los actos a los que acuden -cada vez más numerosos- y para los papeles institucionales que tendrán que asumir según vayan cumpliendo años.
Tras un 2021 marcado por una serie de graves problemas otorrinolaringológicos que la provocaron una fuerte fatiga, la esposa del príncipe Alberto ha recobrado casi por completo la salud lo que ha hecho que desde finales de marzo haya recuperado su agenda oficial y haya retomado sus actividades públicas dentro y fuera del Principado. Así, se la ha visto en grandes citas como el Día Nacional de Mónaco, donde estuvo la familia Grimaldi al completo, en la Semana de la Moda de París y en una gala benéfica en Nueva York.
Además, para conmemorar el décimo aniversario de su fundación, que trabaja para prevenir los ahogamientos en todo el mundo ofreciendo cursos de natación a niños, la Princesa ha accedido a ser entrevistada por Monaco Matin donde ha vuelto a insistir que: “Mi familia es mi roca”. Ella prefiere hablar de su trabajo, que cada vez abarca más campos. Recientemente ha sido nombrada presidenta de la Sociedad para la Protección de los Animales de Mónaco, una nueva faceta que se adapta perfectamente a ella pues es una gran amante de la fauna y está comprometida con su bienestar.
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Sobre sus hijos, que a pesar de tener solo ocho años acompañan a sus padres en algunos de sus compromisos, asegura que “tienen su propio idioma y se entienden. Se quieren y se protegen mutuamente y comparten una inmensa amabilidad entre ellos. Tienen un vínculo bastante único, algo que comparten todos los mellizos”, ha dicho.
Además, Charlene destaca que Jacques y Gabriella nacieron con responsabilidades y deberes. “Todavía son niños, pero están empezando a entender sus papeles. Junto a mi marido, cuando tenemos que ir a un evento, les explicamos de qué trata o en qué consiste la ceremonia. Les gusta acompañarnos y a los cuatro nos encanta hacer esos trabajos juntos”. Aunque reconoce que “todavía son pequeños, siguen observando y aprendiendo antes de que sea para ellos algo normal”.
Del reciente Día Nacional, que tuvo lugar el pasado 19 de noviembre, la princesa Charlene asegura que sus hijos “estaban entusiasmados y nos sentimos orgullosos de ver su madurez. La unidad familiar es importante para nosotros. El Día Nacional es siempre un momento alegre con la familia y para el pueblo monegasco. Este año Jacques estaba feliz de usar el mismo uniforme que su padre y Gabrielle, muy orgullosa de lucir su medalla”.
Finalmente, acerca de sus problemas de salud, la Princesa asegura que esta “mucho mejor que en los últimos años. Siento menos dolor y mucha más energía. Sigo recuperándome, reequilibrándome. Todavía llevará un tiempo, pero estoy feliz”.
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