Pierre y Beatrice, la primera fotografía de su boda

Por hola.com

Un gran día en Mónaco que difícilmente olvidarán Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo. Tras meses de intensos preparativos y mucha ilusión, la pareja se daba este sábado el primer "sí, quiero" en una ceremonia civil seguida de una jornada llena de celebraciones. De un escenario a otro, repasamos los distintos puntos del Principado en los que Pierre y Beatrice han hecho de su amor una gran fiesta.

- En ¡HOLA!, las fotografías exclusivas de la boda de Pierre y Beatrice en Mónaco

Desayuno en el Hotel Fairmont
Las celebraciones comenzaban incluso antes de darse los novios de Mónaco el 'sí, quiero'. Paola Marzotto, madre de Beatrice, organizaba a primera hora de la mañana un desayuno en el Hotel Fairmont, al otro lado del puerto de Mónaco -a tres kilómetros del Palacio- para calentar motores en compañía de los más allegados de la novia, amigos y familiares que se alojaban allí como Carlo Borromeo, hermano de Beatrice, y su esposa, la diseñadora Marta Ferri, quien horas después compartía en sus redes sociales una imagen mostrando el estilismo que había escogido.

Vídeo cortesía de Giulia Destefanis para LaRepubblica.it

Íntima ceremonia ante 70 personas en los salones del Palacio Grimaldi
Pierre y Beatrice se convertían en marido y mujer a las 11:30 en el Palacio en una breve ceremonia civil de apenas 20 minutos oficiada por el ministro de Justicia del Principado, Philippe Narmino. Tan sólo setenta personas han podido presenciar este gran momento, familiares y amigos muy cercanos: los Grimaldi, Casiraghi, Borromeo y Marzotto. Desde los balcones de Palacio, Beatrice, con un vestido rosa firmado por la maison Valentino, y Pierre han posado con la mirada de dos enamorados recién casados en esta imagen que la casa del diseñador italiano ha compartido en las redes sociales.

Un picnic en los jardines de Palacio

Tras darse el "sí, quiero", sobre las 12:00 la fiesta ha continuado en los jardines de Palacio con la compañía de aproximadamente quinientas personas. Una celebración menos íntima pero con el mismo carácter distendido e informal, pues consistía en un cavagnëtu, pincic al estilo monegasco en el que no han faltado los juegos tradicionales como la 'cucaña' o la petanca. Para este acto, los novios habían pedido a sus invitados que acudieran con trajes regionales o estilismos inspirados en vestimentas tradicionales. Tras el picnic, los novios han abandonado el Palacio en un Bentley blanco clásico que el propio Pierre conducía llevando a Beatrice a su lado.

Vídeo cortesía de Giulia Destefanis para LaRepubblica.it

 

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Una foto publicada por Marta Ferri (@martaferrimartaferri) el

Cena en el Hotel de París
Un emplazamiento mágico con suites de gran lujo, salones deslumbrantes y un templo de la gastronomía. Este ha sido el escenario que Pierre y Beatrice han escogido para cenar con sus invitados. Ha sido en este momento, al llegar al hotel, cuando hemos podido ver a Beatrice deslumbrando con un vestido blanco y plateado con volumen en la falda y parte superior ajustada con transparencias en los hombros, dejando su rostro descubierto con un sencillo recogido. Una celebración con un dress code más formal para la que los asistentes han sacado sus estilismos de gala. Entre los numerosos invitados que llegaban al hotel se ha dejado ver Tatiana Santo Domingo, sin renunciar a su característico estilo con un vestido largo y suelto con estampados blancos y rojos, los mismos colores que había escogido previamente Carlota.

Fin de fiesta en Jimmy'z
Para poner el cierre a un gran día, fiesta en el night-club Jimmy'z, a menos de doce minutos en coche de Palacio por la carretera de la costa, donde los novios han puesto la guinda al día de su boda divirtiéndose en compañía de sus invitados.

El Sporting de Montecarlo, el 'otro' escenario del día
Dos invitados a la boda han tenido que ausentarse en el final de la jornada. Los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco abandonaron las ceremonias nupciales por exigencias de su agenda oficial, y es que otro importante evento en Mónaco tenía lugar esa misma noche en el exclusivo Sporting Club de Montecarlo: el Baile de la Cruz Roja. También vestidos de gala, los Príncipes han llegado con la felicidad por la boda todavía reflejada en sus caras en forma de enorme sonrisa que han lucido hasta el final de este día inolvidable.