Zara Tindall, nieta de la reina Isabel de Inglaterra, hija de la princesa Ana y, por tanto, prima de los príncipes Guillermo y Harry, no tiene título por decisión de su madre, tampoco frecuenta las alfombras rojas de veladas de gala, ni se encuentra en el continuo punto de mira de los medios de comunicación a diferencia de las Duquesas de Cambridge y de Sussex, pero sin embargo es habitual encontrarla charlando y riendo con sus primos en los compromisos oficiales de la famlia Windsor o en su tiempo de ocio durante los fines de semana en concursos hípicos, torneos de polo o excursiones por el campo. Porque ella es la prima con la que todos se sienten cómodos.
Si pudiera elegir... ¿a quién escogería Zara Tindall para que la interpretara en 'The Crown'?
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Es esa clase de persona que hace fáciles los tiempos difíciles. Por eso ha sido tan socorrida en estos días de comentarios acerca de la relación de los hermanos, especialmente a raíz de su separación en las redes sociales. El domingo de Pascua, en el tradicional servicio religioso de Resurrección, Zara se convirtió en centro y nexo de la familia. En una imagen más de su buena relación de siempre, arropaba a un lado al príncipe Harry en ausencia de la Duquesa de Sussex, que ya se encuentra en la recta final del embarazo, y a otro lado a los sonrientes Duques de Cambridge, ajenos a los rumores infundados que se han originado por la buena amistad del Príncipe con la aristócrata Rose Hanbury, casada con el marqués David Cholmondeley.
Recientemente Zara había distinguido a su querido primo el príncipe Harry como padrino de bautismo de su segunda hija, Lena Tindall, un papel que el Príncipe aceptó de mil amores. A escasas semanas de convertirse por primera vez en papá, acompañado por la embarazadísima Duquesa de Sussex que acababa de estrenar su baja maternal, asistió el pasado 17 de marzo a la íntima ceremonia en la iglesia de San Nicolás en Cherington, Gloucestershire.
Por otro lado no hace ni una semana que los Cambridge y los Tindall pasaron juntos, en amor y compañía, un día en el campo con sus hijos, todos ellos de edades similares, en las pruebas de caballos de Burnham en Norfolk. Algunas de las fotos más simpáticas de aquel día mostraban a la Duquesa de Cambridge llevando a la princesa Charlotte sobre sus hombros, mientras que el príncipe Guillermo hacía lo propio con su ahijada, Mia Tindall, y Mike Tindall llevaba a su vez al príncipe George, que se aferraba a una espada de juguete. Dos ejemplos de que cuando media Zara reina buen ambiente.
