El rey Juan Carlos, de Londres a Sanxenxo y Vitoria, la historia de un viaje muy diferente

Está mejor físicamente. Más delgado —ha perdido unos quince kilos en total— y, en consecuencia, aun con sus problemas de movilidad, más ágil

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Fue campeón del mundo de vela con 81 años y sigue aspirando a ganar un nuevo título, aunque ya haya cumplido los 85. Le gustaría participar en el próximo campeonato de la clase 6 Metros, que tendrá lugar en la isla británica de Wight del 31 de agosto al 8 de septiembre, y para poder conseguirlo tiene que entrenarse. De ahí su regreso a España. 

Fue campeón del mundo de vela con 81 años y sigue aspirando a ganar un nuevo título este verano en la isla británica de Wight, aunque ya haya cumplido los 85
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Tras una escala en Londres de tres noches para encontrarse con amigos y asistir en el Stamford Bridge al partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League entre el Chelsea y el Real Madrid —el equipo merengue ganó por 0-2—, don Juan Carlos aterrizó el miércoles en el aeropuerto de Vigo. Allí, a pie de pista, le esperaba su anfitrión, Pedro Campos, con la hoja de ruta establecida: su estancia tendría un perfil muy bajo para reducir al mínimo el impacto de un viaje centrado en el deporte. Sin recibimientos especiales, sin aplausos, sin que se montara a su alrededor un espectáculo, sin encuentros con la prensa, sin bajar ni siquiera la ventanilla. Solo saludos desde detrás de los cristales. Máxima discreción y una estancia casi invisible que se tradujo en los desplazamientos que hizo desde la casa al espigón donde atraca el ‘Bribón’ y vuelta.

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Don Juan Carlos consiguió hacerse a la mar durante su estancia, y le cambió la cara, aunque no pudo participar en la regata Volvo Autesa Cup, la segunda prueba de la Liga Española de 6 Metros, que organizó el club náutico de Sanxenxo. El mal tiempo y la edad le impidieron embarcarse en el ‘Bribón’ el fin de semana. Con su gorra de la suerte y su chaleco, pasó tiempo con la tripulación en el muelle sin importarle que estuviera lloviendo.

La libertad

Los días serenos que ha conquistado en Abu Dabi no compensan la crítica ni la crispación, pero la vela merece una excepción. Desde hace años ya no puede practicar ningún otro deporte —habiéndolos practicado casi todos— y siente el mar como el refugio y la libertad.

Es un marino de corazón —herencia de su padre— y, hasta que pueda, ‘izará’ las velas para navegar. Y de momento puede, aunque el viento, la lluvia, el mar duro y su edad hayan jugado en su contra el pasado fin de semana. De hecho, está mejor físicamente. Más delgado —ha perdido unos quince kilos en total— y, en consecuencia, aun con sus problemas de movilidad, más ágil.

El mal tiempo

Don Juan Carlos consiguió hacerse a la mar durante su estancia, y le cambió la cara. Aguantó el viento y la lluvia, pero lo venció el mal tiempo y fueron muchas menos horas de las que esperaba las que pudo pasar navegando. Y finalmente tampoco pudo participar en la regata Volvo Autesa Cup, la segunda prueba de la Liga Española de 6 Metros, que organizó el club náutico de Sanxenxo.

Tras una escala en Reino Unido, pasó cinco días en Galicia y después voló a Vitoria, donde vive Iñaki Urdangarin, para hacerse una revisión dental, después de tres años

Por eso en su despedida hubo tristeza, aunque también doble satisfacción: por un lado, el triunfo conseguido por el ‘Bribón’ y, por otro, el haberse podido reencontrar con sus amigos. Tocar el mar con ellos, romper su rutina… Si se cumplen sus deseos, regresará pronto a la localidad gallega. Esa es la idea, en cuanto pasen las elecciones. Poder llegar a esa normalidad que tanto le gustaría, sin estorbar.

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Vitoria

No hubo en este viaje visita a la Zarzuela ni encuentro con su familia, pero don Juan Carlos, antes de regresar a la capital de Emiratos Árabes Unidos, haría una última escala en Vitoria. Allí, muy cerca de la casa familiar de Iñaki Urdangarin, lo esperaba el doctor Eduardo Anitua para una revisión dental. Don Juan Carlos llevaba tres años esperando poder ver a su dentista.

Tras esta parada en la capital vasca, el Rey padre emprendería el viaje de regreso a los Emiratos, donde le esperaba Felipe de Marichalar. Desde febrero, el hijo mayor de la infanta Elena vive y trabaja en Abu Dabi, no muy lejos de la nueva casa de su abuelo.Don Juan Carlos se cambió de villa hace algunos meses, en la misma isla, Zaya Nurai; la ha ido llenando de fotos, recuerdos, libros y siente que tiene un hogar.

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A la izquierda, a su llegada al aeropuerto de Foronda (Vitoria), donde hizo escala para ver a su dentista. Al lado, en Londres, llegando al club privado Oswald’s, donde cenó con un grupo de amigos el 17 de abril.