Leonor y Sofía, ‘peregrinas’ en Santiago, antes de poner rumbo a Mallorca
Asistieron por primera vez a la Ofrenda Nacional al Apóstol
Tu período de prueba gratuita en ¡HOLA!+ se ha activado con éxito
Disfruta de todo el contenido totalmente gratis durante 7 días.
Recuerda navegar con tu sesión iniciada.
Ya tienes una suscripción activa.
Recuerda navegar con tu sesión iniciada.
La Familia Real llegó a Santiago al tiempo que las campanas anunciaban el mediodía. Sonrientes (bajo las mascarillas) y decididos a convertir en historia un Xacobeo que abarca dos Años Santos seguidos al completo por concesión papal. Desde el siglo XII nunca había sucedido.
Se apuntan a los colores vivos del verano y combinan sus vestidos en rosa y turquesa con el traje de la Reina y la corbata del Rey
La Reina llevaba un vestido de gasa con flores bordadas, y Leonor y Sofía, dos diseños en los tonos tendencia del verano: fucsia y turquesa. Toda una explosión de color en la plaza del Obradoiro, donde fueron recibidos por las autoridades encabezadas por el Presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo.
Cuarenta y cinco años después de la primera experiencia xacobea del Rey, cuando visitó el templo con ocho años, junto a sus padres y sus hermanas, el 25 de julio de 1976, la princesa y la infanta también han reafirmado los lazos de la Familia Real con Compostela. Desde la Edad Media, la monarquía, primero, de Castilla y después, de España, siempre estuvo vinculada al apóstol y a su catedral. Y, algún día, como heredera, la princesa también tendrá que propagar los valores e ideales que la ruta xacobea lleva inspirando desde hace más de mil años.
Y este ha sido un primer paso en otro día grande de Galicia, que arrancó con honores militares, himno nacional, revista del Rey a la formación de honor y la patrulla Águila, cubriendo el cielo con los colores de la bandera.
La ofrenda
La Familia Real accedió a la catedral, por el recuperado Pórtico de la Gloria, donde fueron recibidos por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, y escoltados por lanceros. Y, durante la solemne misa, el Rey presentó por segundo año consecutivo la tradicional ofrenda, instituida en 1643 por Felipe IV. “Hoy, en la catedral, donde convergen todos los caminos y donde habita para la eternidad el apóstol Santiago, renovamos la ofrenda de un pueblo que quiere ser agradecido”.
En su invocación al apóstol, pidió ayuda “para cimentar los caminos de unidad, solidaridad y concordia que aseguran la convivencia en democracia y libertad...” y “difundir esperanza entre los que sienten desaliento”, refiriéndose a la situación de pandemia. Felipe VI también mostró su “orgullo y respeto” por el pueblo español y reseñó la presencia de sus hijas, “que participan por primera vez en esta tradición, que es expresión de modernidad porque sus valores no se agotan”.
El botafumeiro
Las restricciones sanitarias impidieron a las dos hermanas abrazar al santo, en el camarín, aunque la familia sí participó en el saludo y acto de veneración al apóstol. Asimismo —no dejaron de hacer preguntas y se las vio curioseándolo todo con los ojos—, la princesa y la infanta vivieron casi con asombro el balanceo del botafumeiro y a los tiraboleiros impulsándolo.
Concluida la misa, y tras firmar Felipe VI en el Libro de Ouro de la ciudad, en el Pazo de Raxoi, la Reina y sus hijas regresaban a Madrid, mientras que el Rey permanecía en Santiago para presidir el Real Patronato de Santiago —no se reunía desde hace casi dos décadas— y entregar las medallas de Galicia.
La Familia Real llegará a Mallorca el último fin de semana de Julio. Para Leonor, que empieza su curso en Gales el 30 de agosto, comienza la cuenta a atrás.
© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.
