La emperatriz Michiko ingresa en el hospital para ser operada de un cáncer de mama

La intervención de la madre del emperador Naruhito tendrá lugar este domingo 8 de septiembre

Por hola.com

Michiko de Japón ya ha ingresado en el hospital en el que este domingo 8 de septiembre será sometida a una operacion quirúrgica tras haberle detectado un cáncer de mama hace poco más de un mes. La esposa del emperador Akihito, de 84 años, llegaba al Hospital Universitario de Tokio en coche y con aspecto tranquilo. Se espera que la intervención duré aproximadamente cuatro horas. 

Fue a principios del mes de agosto cuando la Casa Imperial de Japón dio a conocer la enfermedad de Michiko de Japon. En un examen médico rutinario se realizó una ecografía a mediados del mes de julio y un análisis posterior determinó que la dolencia que padece la emperatriz emérita en su seno izquierdo está en un estadio temprano y puede ser tratada quirúrgicamente.

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La madre de Naruhito, actual emperador de Japón, vive un delicado momento de salud. A principios del verano, la Casa Imperial comunicó que Michiko había sido diagnosticada con una anomalía en sus válvulas cardiacas. Es por ello que los médicos le recomendaron que redujera la intensidad de su agenda pública, que disminuyó notablemente después de que su marido, el emperador Akihito, abdicase el pasado mes de abril y dejase el trono en manos de su hijo. Días después de de haberle diagnosticado esta dolencia cardiaca, Michiko fue sometida el pasado mes de junio a una operación de cataratas en ambos ojos.

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La operación de la emperatriz se produce un mes y medio antes de la gran ceremonia de coronación de su hijo Naruhito, que tendrá lugar el próximo 22 de octubre y a la que se espera que asistan centenares de invitados, incluidos mandatarios internacionales y miembros de otras casas reales. Será la puesta de largo del flamante emperador que accedió al trono junto a su esposa Masako el pasado mes de mayo tomando el testigo de su padre Akihito, que decidió abdicar en una decisión histórica, ya que Japón llevaba más de 200 años sin vivir la renuncia de un jefe de Estado.