Apoyada en su madre©GettyImages

Psicología

Niñas y niños ‘orquídea’, más vulnerables pero capaces de desarrollar su potencial al máximo

¿Es tu hija o tu hijo un ‘niño orquídea’? Son más susceptibles a los errores de crianza, pero también pueden sobresalir si son educados en un entorno de amor y comprensión

¿Podrían los factores genéticos explicar por qué unos niños tienen una mayor tendencia al estrés y otros, a ser más resilientes? Según recientes estudios en los que se combina genética y psicología, sí. Uno de los más reconocidos es el dirigido por el Dr. Thomas Boyce, profesor emérito de Pediatría y Psiquiatría de la Universidad de California, que fue quien acuñó el término ‘niños orquídea’, que son aquellos “que presentan mayor vulnerabilidad en entornos hostiles para su desarrollo”, nos aclara Rebeca Cáceres, Doctora en Psicología y Psicóloga Sanitaria y Directora de Tribeca Psicólogos. Pero pueden también presentar “una alta potencialidad que puede desarrollarse hasta niveles de máxima expresión en entornos de seguridad en los que se favorezca su creatividad, sensibilidad y, en definitiva, se sepa entender y atender las necesidades que presentan más allá de estas características”.

Personalidad de los ‘niños orquídea’

En general, “podríamos decir que estos niños son más sensibles y tienden a vivir de manera más intensa los acontecimientos vitales tanto positivos como negativos”. De manera más detallada, estos son sus rasgos principales, tal y como enumera la psicóloga:

  • Son altamente sensibles. Los niños orquídea “se caracterizan por tener una alta sensibilidad”. La mayoría, por tanto, se consideran también NAS (niños altamente sensibles) o, ya de adultos, PAS (personas altamente sensibles): “presentan alta sensibilidad a los ruidos, sonidos, luces, cambios… Esto entraña que hay que tener en cuenta que a estos niños todo esto le va a afectar más, pero también van a experimentar más placer ante los olores, los gustos, se van a conectar más con la música”, detalla Cáceres. “No han de presentar alta sensibilidad a todo”, sino que “hablamos más bien de un patrón”. A partir de ahí, muchas de las características que presentan “están relacionadas con esa alta sensibilidad”. Así, las siguientes:
  • Tienden a magnificar las emociones. “Por eso es importante, ante emociones negativas, darle al niño recursos de estabilización”. Es fundamental, “en el transcurso de la crianza, proporcionarle herramientas de seguridad que contrarresten la sensación de vulnerabilidad”.
  • Son más susceptibles a presentar problemas de salud mental. “Si no hay una adecuada respuesta del ambiente, estos niños tienden a presentar patologías relacionadas con la salud mental como la ansiedad o la depresión”.
  • Tienen mayor tendencia al estrés. “Ante una crianza negligente en la que sean frecuentes los gritos, las peleas y la falta de afecto, estos niños tienden a presentar mayor vulnerabilidad para el desarrollo de Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)”.
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¿Se puede considerar una etiqueta o es un trastorno?

No, no se trata de ningún trastorno psicológico; tampoco se debería considerar una ‘etiqueta’ desde el punto de vista peyorativo del término. Es más bien un diagnóstico y, como tal, sirve “para agrupar un conjunto de características a tener en cuenta y darles las respuestas adecuadas, no para patologizar”. Siempre es necesario entender al niño, que padres, profesores o psicólogos y orientadores en su caso, comprendan verdaderamente cómo es su personalidad para brindarle las herramientas adecuadas y guiarle.

En este punto, “es preciso tener en cuenta que hablar de alta sensibilidad no es hablar de un diagnóstico en negativo”, sino necesario. “Como todas las clasificaciones, puede ser positiva al agrupar un conjunto de características que entre profesionales nos hace más fácil la comunicación y que a la persona que tiene un diagnóstico quizás le permita explicarse aspectos para los que antes no tenía respuesta”.