Niño triste con mochila. Enuresis nocturna.©AdobeStock

Crianza

Mi hijo tiene enuresis nocturna y no quiere dormir fuera de casa, ¿cómo debo actuar?

Las consecuencias de este trastorno infantil son más visibles en verano, cuando los campamentos y los viajes les avergüenzan y se niegan a salir.

La enuresis nocturna infantil, conocida también como incontinencia infantil, es la emisión incontrolada de orina durante el sueño en niños a partir de los 5 años. Afecta a un 16% de los niños, teniendo, por sexo, más incidencia en ellos que en ellas. Por lo general, los pequeños suelen controlar la micción nocturna ya entre los 2 y los 4 años, siendo habitual que con 5 años sean capaces de no orinarse durante el sueño. Es por eso que, si llegados a esta edad, el niño sigue mojando la cama, tenemos que pensar que puede existir un problema. Más si el padre o la madre también la tuvieron, pues tiene un fuerte componente hereditario.

Mientras que para algunos niños no supone trastorno alguno, para otros es un gran obstáculo. No quieren dormir fuera de casa para no usar el pañal delante de otros, se sienten mal consigo mismos y su autoestima baja. Más si cabe en esta época, en la que campamentos, excursiones y quedarse en casa de los amigos a dormir son un plan casi habitual. Eventos que ponen de manifiesto un trastorno que les avergüenza y les limita socialmente. Y es que el verano es, para los niños enuréticos, uno de los peores momentos del año. Por eso, hemos querido consultar con el Dr. Juan Carlos Ruiz de la Roja, Jefe de Urología del Hospital Santa Cristina de Madrid y director del Instituto Urológico Madrileño, para que nos explique “por qué las consecuencias de mojar la cama por la noche pueden ser terribles para los niños” y cómo podemos ayudarles a llevarlo mejor en estos meses.

Consecuencias de la enuresis nocturna

La enuresis nocturna tiene como consecuencia, por ejemplo, “un bajo rendimiento escolar, una mala adaptación social y que casi el 20% de ellos sufran tanta vergüenza que no quieran dormir fuera de casa, incluyendo los campamentos de verano, los cursos de idiomas en el extranjero” o, incluso, planes con sus amigos por este problema. Tenemos que tener en cuenta, nos dice el doctor, que “son niños que habitualmente se orinan todas las noches, les condiciona tanto que no quieren salir de casa, ni con amigos ni con familiares, no quieren que se conozca su problema”.

Sin embargo, es un problema mucho más frecuente de lo que nos imaginamos. No solo por afectar a ese 16% de los niños de 5 años, sino porque alcanzada la edad de los 10 años, se mantiene en la mitad de ese porcentaje y, aunque la tasa de resolución espontánea es bastante alta, según los últimos datos de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP), hay un pequeño porcentaje (entre 1-3% de la población) que se lo lleva hasta los 15 años de edad.

Para la propia SEPEAP, “es un trastorno, posiblemente, infradiagnosticado y, por lo tanto, infratratado”. Es la falta de detección del problema lo que provoca que, cada año, se enfrenten a un verano (aunque es un trastorno que se sufre todo el año) en el que es muy complicado hacer una vida normal.


Ha llegado el verano, ¿cómo me enfrento a este problema?

En primer lugar, nos dice el doctor, “si el niño sigue mojando la cama a edades socialmente no aceptadas, se debe acudir al pediatra o al urólogo infantil para poner solución al problema, pues aunque la prevalencia disminuye con la edad, la frecuencia y la severidad de los episodios enuréticos aumentan”. De esta forma, conseguiremos un diagnóstico y tratamiento del trastorno, ya sea conductual o farmacológico, temprano.

Y es que, como nos explica el doctor, “restarle importancia al problema, por vergüenza o desinformación, impide el abordaje por parte del experto y conlleva importantes consecuencias en la vida del niño y la familia”, como ocurre en verano, cuando queremos apuntar a los niños a un campamento, salir de viaje con los amigos o familiares.


Por tanto, hasta que se establezca bien un diagnóstico y tratamiento adecuado, lo mejor es “utilizar el pañal nocturno, para que así el niño que sufre el escape de orina no amanezca empapado, además de no mojar el colchón, ya sea en un hotel o en casa de algún amigo o familiar”. Una vez tengamos ese diagnóstico y tratamiento, retiraremos el pañal.

Y, mientras esto ocurre, ¿qué podemos hacer?

  • Reducir el consumo de líquido durante las 3 horas previas a irse a la cama.
  • No consumir, bajo ningún concepto, bebidas que lleven cafeína.
  • Evitar el estreñimiento en aquellos niños que lo sufran.
  • Vaciar la vejiga durante el día, cada 3 horas.
  • Siempre, es innegociable, orinar antes de irse a la cama.