Mascotas

No es una iguana sino un dragón barbudo (y se está poniendo de moda)

Sentimos una extraña fascinación por estos reptiles con aspecto de pequeño dinosaurio, los dragones barbudos están empezando a hacerse un hueco en los hogares gracias a su pequeño tamaño y buen temperamento.

Por David Navarro

Tal vez siempre quisiste tener una iguana u otro tipo de reptil, pero el problema de éstos es que no siempre son dóciles, y llegar a convivir con ellos puede ser complicado a la hora de encajar sus ritmos, necesidades y tus ganas de interactuar con ellos. El secreto de que el dragón barbudo esté empezando a popularizarse tanto es que, tratándose de un reptil muy similar a la iguana en el aspecto, es mucho más pequeño y más sociable.

Aunque le llamamos coloquialmente dragón barbudo, su nombre más exacto es pogona. Se trata de un lagarto iguanio procedente de Australia, una de las localizaciones del planeta más ricas en reptiles. De la misma forma que existen varios tipos de iguanas, también podrás encontrar hasta 8 clases distintas de pogonas, pero la barbata (barbuda) es la más común. 

Provienen de zonas secas y muy poco pobladas, son o bien semi-desiertos o zonas áridas con una vegetación exigua. Esto te puede ayudar a tener una idea de las pocas expectativas que tiene el dragón barbudo en cuanto sus necesidades decorativas, solo necesita una roca o la rama de arbusto para posarse y tomar el sol, porque eso sí: el calor es fundamental para él.

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Esa extraña fascinación por los dinosaurios

Todo aquel que se sienta atraído por iguanas o pogonas en el fondo está dando rienda suelta a esa atracción que siente el ser humano por los extintos dinosaurios. Cuando miramos a un dragón barbudo no podemos dejar de ver cómo más allá de un lagarto, estamos ante una criatura de una época muy remota. Esta especie es fascinante si te gustan los reptiles.

Lo que caracteriza a los dragones barbudos es, precisamente, que tiene una protuberancia en la zona inferior de su mandíbula, de aspecto similar a una barba. Se trata de una corona espinas invertida, que protege su garganta frente a un ataque y que, cuando entra en una situación de lucha, se eriza y se convierte en un abanico puntiagudo con el que pueden amenazar también a los enemigos para que se lo piensen dos veces antes de atacar. El resto de su cuerpo también cuenta con varias filas de espinas que se ponen en formación ante un peligro.

A los dragones barbudos les encanta el sol y el calor, como a las iguanas, podrá pasar largo rato “tostandose” bajo sus rayos. Por eso mismo su piel es muy gruesa, para protegerse de los rayos ultravioleta, son escamas altamente resistentes que evitan también que sus líquidos internos se evaporen. Esto es muy común en reptiles, al ser de sangre fría el sol es lo único que les ayuda a imprimir calor a su cuerpo. En función de su estado térmico el dragón barbudo podrá reflejar un tono de piel oscuro, lo que significa que está absorbiendo todo el calor posible, o llegará a convertir sus escamas en un tono brillante, rechazando así los rayos del sol por riesgo de sobrecalentamiento.

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Un carácter dócil perfecto para el ámbito doméstico

Partamos de la base de que un reptil jamás se comportará como un perro. Ahora bien, los dragones barbudos pueden reconocer en ti un miembro de su entorno en quien confíar. Podrán mostrarse confiados e incluso próximos, buscarán el juego contigo y permitirán que les cojas con tus manos y que les acaricies sin mostrar incomodidad. Aunque como con toda mascota, deberás ganarte su confianza.

Sin embargo, esto es así porque identifican que tú no eres un igual. Realmente la forma de ser de los dragones barbudos con los seres de su especie es diametralmente opuesta, son defensores de su soledad, muy independientes e incluso ponen toda su agresividad en pro de que ningún otro reptil se acerque a su territorio, incluso si éste es de la misma especie. Como podrás imaginar, la época de apareamiento es la única excepción que el dragón barbudo concede en su soledad, ahí abre las barreras y busca el contacto para encontrar una pareja.

No es recomendable que tengas dos dragones barbudos, pero de hacerlo es preferible que o bien sean hembras (más dóciles entre sí), o que sean de sexos distintos, porque su marcado carácter territorialista podría producir duras pugnas por ser el único reptil macho de la casa. Cuando una pogona siente que debe defender su espacio, no duda en mostrarse muy agresiva, para ello abren mucho la boca y dan golpes con la cola en el suelo (esto también es muy común en iguanas). Sin embargo, esta forma de actuar no suele mostrarla hacia los humanos.

Cómo vivir con ellos en casa

Además de tenerlo en el terrario, puedes soltarlo por la casa para que juegue y te siga, pero cuidado, corren muy rápido y tal vez les pierdes la pista. Tienen patas muy fuertes, lo que les convierte en perfectos cazadores. Sus hábitos son diurnos, sin embargo en invierno hibernan hasta 3 meses, esto significa que habrá una época en la que se interne en su terrario. Lo necesita, el proceso de hibernación para él es un ahorro de energía ineludible, le profiere un descanso necesario antes de iniciar el siguiente ciclo, cuando llegue el otoño.

La alimentación del dragón barbudo se basa en alimentos vivos tales como grillos, cucarachas o saltamontes, aunque también pueden nutrirse de alimentos de origen vegetal como zanahorias o lechugas, pero la cantidad debe estar equilibrada a sus necesidades. Podrás completar su alimentación con vitaminas.

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