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Se trata de uno de los animales que más nos fascinan por su aspecto, que parece sacado de un cuento de hadas, y también por algunas de las curiosidades de los caballitos de mar. Y es que es la única especie en la que el macho es el que se queda embarazado. Vamos a conocer mejor a este pequeño animal que vive en el fondo de los mares.
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Peces óseos
Los caballitos de mar (Hippocampus spp) pertenecen a la familia de los signátidos, a la que también pertenecen los peces pipa dragones de mar y o las mulas mar. Son peces óseos (al igual que la caballa, la dorada o el pez payaso). Su morfología es fascinante: una cabeza que recuerda a un caballo ojos grandes, el tronco se curva y la cola es prensil, es decir, sirve para agarrar o para sujetar. Al tratarse de peces, respiran a través de branquias. Su columna vertebral está formada por estructuras calcificadas, huesos y está cubierta con unas placas que la protegen. Tienen, además, una vejiga natatoria para controlar la flotabilidad. Los caballitos de mar tienen una aleta detrás de cada mejilla, debajo del vientre y en la base de la cola.
Hay unas 53 especies diferentes de caballitos de mar y su tamaño puede variar. Por ejemplo, las hay que apenas miden 16 mm. Sin embargo, algunas pueden alcanzar los de estos pequeños animales varían según la especie. Por ejemplo, el caballito de mar pigmeo o el espinoso tienen tamaños y colores que les permiten mezclarse con el entorno.
El hábitat natural de estos peces son las aguas templadas y tropicales. Su lugar preferido son los arrecifes de coral, los lechos de pastos marinos, los estuarios y los bosques de manglares. En nuestro país, también hay caballitos de mar. En el Mediterráneo, por ejemplo, podemos encontrar las especies Hippocampus hippocampus e Hippocampus guttulatus, de esta última también los hay en Ría de Arousa. Pero no es fácil verles, ya que pueden permanecer muy quietos para camuflarse.
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Dieta y comportamiento
En general, los caballitos de mar se alimentan de plancton, pequeños crustáceos y algas. Comen con mucha frecuencia, entre 30 y 50 veces al día, ya que no tienen estómago y la comida pasa muy rápido por su cuerpo.
No son muy buenos nadadores ni se mueven con mucha rapidez. De hecho, lo que parece que les gusta es aferrarse al coral o las algas con su cola prensil y permanecer allí incluso días. Eso sí, cuando baten sus aletas lo hacen muy rápido y pueden desplazarse hacia arriba, abajo, al frente o hacia atrás.
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¿Cómo se reproducen?
Sin duda, una de las curiosidades más fascinantes del caballito de mar es su reproducción. Su ritual de cortejo es uno de los más emocionantes. Lo hacen con un baile en el que entrelazan sus colas y hasta pueden cambiar de color. Por otro lado, se dice de ellos que se aparean de por vida, aunque no está tan claro que sea así. Lo que sí es cierto es que muchos de ellos son monógamos, al menos durante el ciclo reproductivo.
Y lo más espectacular, los caballitos de mar machos se quedan preñados y llevan a sus bebés a término. Para ello, es la hembra la que inserta sus huevos a través de un oviducto en la bolsa ventral del macho. Este los fertiliza y una vez completado este proceso, el macho se va a un coral o un alga marina, se agarra con su cola, y espera a que finalice la gestación, que puede durar, aproximadamente, 45 días. Pueden llegar a producir de 100 a 300 crías por embarazo.
Son, sin duda, unos animales especiales a los que hay que proteger, ya que la contaminación, el cambio climático y el comercio ilegal. De hecho, especialistas en Biología, Ciencias del Mar y Medioambiente de la asociación Ambiens han llevado a cabo la iniciativa Seahorse Project (proyecto caballito de mar), con la que quiere proteger las especies de caballitos de mar en las costas de la Comunidad Valenciana.
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