Antes de acariciar a un perro hay cosas que debes saber

Seguramente tu perro estará encantado con tus mimos y caricias, pero hay algunas cosas que quizás debería saber acerca del contacto físico con tu mascota

Por Cristina Soria

Los perros son grandes animales de compañía, posiblemente los mejores. El vínculo afectivo con un perro puede ser increíblemente fuerte, y se va a deber, entre otros factores, al contacto físico, tan necesario en las relaciones entre mamíferos y personas.

Sin embargo, por mucho que quieras a tu perro y aunque tus gestos hacia él sean siempre bien intencionados, puede que no los interprete de las misma manera que tú. Así que es importante saber algunas cosas antes de acariciar a un perro.

Acaríciale sin asustarle

Aunque los perros sean muy buenos a la hora de interpretar el lenguaje corporal, en ocasiones realizamos acercamientos bienintencionados que para ellos resultan agresivos o amenazantes. Por eso es necesario aprender a acariciarlo sin causarle miedo ni inquietud. Por ejemplo, si le coges por sorpresa se asustará, o si le acaricias de manera repentina la cabeza puede pensar que quieres pegarle  al ver tu mano caer sobre él con rapidez.

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La mejor opción siempre es acercar tu mano a la altura de su hocico para que sea él el que se acerque a ti, con tranqulidad y sin sobresaltos.

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Si está tímido o asustadizo agáchate

Si te has enfadado con tu perro por haberse comido la basura o un trozo del sofá y le has reñido es muy posible que se muestre asustadizo o tímido. Si quieres hacerle saber que no estás enfadada lo mejor que puedes hacer es agacharte y esperar a que se acerque. Si ves que duda o no se da por aludido llámalo con suavidad y extiende tu mano. Evita el contacto visual directo porque puede resultarle amenazante.

La zona abdominal es un punto frágil

Es muy común pensar que cuando un perro se tumba con las patas hacia arriba, dejando a la vista su panza, está pidiéndonos que le acariciemos. En realidad esta posición es un signo de indefensión y  la adoptan para mostrarte que te consideran el alfa, o porque tienen miedo o sienten una amenaza. La panza es una de sus zonas vulnerables y es posible que si se la acaricias muestre rechazo o gruña. Algunos podrían llegar a morder, aunque también es posible que a tu perro le encanten las caricias en la panza y que disfrute muchísimo con ellas, algo que deberás comprobar.

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Los puntos clave de un perro

Si llevas tiempo conviviendo con tu animal conocerás de sobra dónde puedes acariciarle y dónde no. El lenguaje corporal de los perros es muy claro y te harán saber hasta qué punto les gustan las caricias, si no soportan las que son demasiado fuertes, y qué zonas son sus preferidas y cuáles es mejor evitar. Puede que le encante que le toquen el cuello, pero que no soporte que le acaricien las patas. Una actitud relajada y mover la cola son siempre buenas señales que nos ayudan a guiarnos en lo que les hace sentir cómodos y en lo que no.

Antes de acariciarle lávate las manos

Si llegas a casa después del trabajo y tanto tu perro como tú estáis deseando saludaros, es preferible que antes de tocarle te laves las manos. Piensa en que todos los gérmenes y bacterias que han llegado a tus manos tras una jornada en la calle los estás depositando con tus caricias en el pelaje de tu perro. Así que si tu hábito es acariciarle y luego ya lavarte las manos, es preferible que inviertas el orden, ya que hay un gran número de enfermedades caninas que se contagian a través del contacto. Es posible, incluso, que hayas acariciado a otro perro mientras estabas en la calle, y que si ese perro tiene una enfermedad se la puedas contagiar al tuyo. Por eso ya sabes, lávate las manos nada más llegar a casa.

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