Son muchas las preguntas que puede hacerse una persona cuando recibe la noticia de que tiene cáncer. La primera, por supuesto, está relacionada con su supervivencia. Sin embargo, una vez van pasando los días y comienza a recibir los tratamientos, las cuestiones que puede hacerse se vuelven más prácticas, y muchas de ellas tienen que ver con la estética y los tratamientos adecuados. Por ejemplo, si se puede o no depilar, si el maquillaje está contraindicado, si la peluca afectará al crecimiento de pelo, etc. Y es que son muchos los mitos que han en torno a la medicina estética y al paciente con cáncer, bulos que se han propuesto desterrar el Instituto #SaludsinBulos y GEMEON (Grupo de Expertos en Medicina Estética Oncológica). Ambas entidades han firmado un convenio con la intención de desmentir todas esas falsas creencias que pueden dañar la autoestima de los pacientes con cáncer. Estas son algunas de ellas. 

Mito 1: "los pacientes con cáncer no pueden usar fotodepilación"

Uno de los mitos más comunes en relación a la fotodepilación y a los pacientes oncológicos, es que estos no pueden someterse a este tratamiento. Sin embargo, esto no es del todo cierto, ya que dependerá del tipo de cáncer y de la etapa en la que se encuentre el paciente.

Es fundamental evaluar el estado de la piel y el estado general del paciente antes de realizar cualquier procedimiento. Si está en una etapa avanzada de la enfermedad o si su piel está sensible por los efectos secundarios del tratamiento, la fotodepilación podría no ser recomendable.

Por lo tanto, es importante que los pacientes oncológicos consulten con su médico antes de tomar cualquier decisión.

Mito 2: "Siempre se cae el pelo con los tratamientos oncológicos"

La caída del cabello es una de las imágenes más asociadas con la quimioterapia, pero la realidad es que no siempre se produce. Todo dependerá del tipo de tumor, así como del tratamiento que necesite el paciente. Algunos medicamentos pueden causar la pérdida del cabello, pero otros no. De hecho, los tratamientos dirigidos o la radioterapia no suelen provocar la caída del cabello. Incluso los pacientes que reciben quimioterapia pueden no experimentar una pérdida completa del cabello, sino una disminución en la densidad o una pérdida parcial en algunas áreas. Además, este efecto secundario de algunos tratamientos oncológicos suele ser temporal y se vuelve a recuperar al finalizarlos. 

Mito 3: "Hay que comer de todo. Lo importante es no perder peso"

La alimentación es una parte fundamental en la prevención, tratamiento y pronóstico del cáncer. De hecho, se estima que una mala dieta puede ser la responsable del 30-35% de los casos de esta enfermedad. Por lo tanto, es importante que los pacientes oncológicos presten atención a su dieta y consulten con un profesional de la nutrición para recibir asesoramiento.

De hecho, como insisten los expertos, no se trata solo de intentar no perder peso, sino de asegurarse de que el paciente recibe los nutrientes necesarios para combatir esta enfermedad y mantener una buena salud. Asimismo, hay que tener en cuenta que no todos los tipos de cáncer son iguales ni tampoco los tratamientos, y que cada paciente puede requerir un tipo de dieta específica. 

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Mito 4: "El uso de pelucas dificulta que el cabello vuelva a crecer"

Usar una peluca es una de las opciones para los pacientes que experimentan pérdida de cabello durante el tratamiento del cáncer. Pero hay un mito persistente que sugiere que el uso de estos postizos puede impedir que el cabello vuelva a crecer de nuevo o que lo haga más débil. Se trata de un mito que hay que desterrar.

Usar una peluca no daña el cabello, siempre y cuando se sigan ciertas pautas. Es importante elegir una talla adecuada, lavar la peluca de forma regular y evitar aquellas que no permitan que el cuero cabelludo respire. Además, es recomendable dejar pasar algunos días sin usarla.

No hay que olvidar que el uso de peluca puede ayudar a muchos pacientes a sentirse mejor físicamente, lo que hará que su bienestar psicológico aumente. 

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Mito 5: "El deporte está contraindicado si tengo cáncer"

El ejercicio físico es una herramienta importante en el manejo del cáncer. Es cierto que algunos pacientes pueden necesitar limitar su actividad física debido a los efectos secundarios del tratamiento, pero en general, el ejercicio físico adaptado a las capacidades de cada paciente y supervisado por expertos, ha demostrado beneficios en la tolerancia a tratamientos de quimioterapia, en la preparación pre y la recuperación post-quirúrgica del paciente oncológico.

El ejercicio físico también puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés y la ansiedad, lo que a su vez puede contribuir a una mejor calidad de vida.

Es importante, no obstante, que el paciente consulte con su médico sobre qué tipo de ejercicios puede realizar y cuáles pueden estar contraindicados.

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Mito 6: “El dolor con las relaciones sexuales es normal, y con lubricante es suficiente”

Muchas mujeres sufren molestias y dolor durante las relaciones sexuales, pero asumen que es algo normal o simplemente recurren a lubricantes para paliar el problema. Sin embargo, en muchos casos, esto puede ser síntoma de una atrofia vaginal.

Para tratar esta afección, existen técnicas de rejuvenecimiento vaginal, como la radiofrecuencia intravaginal 360 o el láser de CO2, que estimulan la producción de colágeno, métodos que rejuvenecen y mejoran la mucosa vaginal. De esta forma, se puede recuperar la turgencia y humedad de la vagina, eliminando el dolor, incluso, las infecciones vaginales recurrentes o la incontinencia urinaria de esfuerzo leve y moderada.

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Mito 7: “Si me dan radioterapia tengo que permanecer aislado”

Uno de los mitos más comunes en relación con la radioterapia es la creencia de que el paciente debe permanecer aislado durante un tiempo después del tratamiento para evitar la transmisión de radiación a otras personas. Sin embargo, esto es completamente falso. Una vez que el paciente ha recibido su sesión de radioterapia, no emite ningún tipo de radiación y no representa ningún peligro para su entorno. Por tanto, su vida personal, familiar y social no tiene por qué verse afectada.

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Mito 8: "Los tratamientos contra el cáncer provocan esterilidad".

Uno de los miedos más comunes entre los pacientes oncológicos es la posibilidad de perder su capacidad reproductiva como consecuencia de los tratamientos. Si bien es cierto que algunos tratamientos quimioterápicos y radioterapia pélvica pueden provocar esterilidad, existen programas de preservación de la fertilidad que se realizan antes de la administración de estos tratamientos. Incluso en pacientes prepúberes, aunque en niños está aún en fase de experimentación avanzada.

Es importante que los pacientes informen a su médico de su deseo de ser padres en el futuro, para poder tomar medidas adecuadas y adaptar el tratamiento en consecuencia.

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Mito 9: “Los pacientes oncológicos no pueden maquillarse, les hace daño”.

Muchas personas creen que los pacientes oncológicos no pueden utilizar maquillaje durante su tratamiento, ya que podría irritar su piel. En este sentido, es importante insistir en que si bien es cierto que se debe extremar el cuidado de la piel, también es verdad que existen marcas de maquillaje y de cuidado cosmético que han diseñado sus productos específicamente para las pieles sensibles y fragilizadas por el tratamiento oncológico. Estos productos son seguros y no tienen ningún tipo de contraindicación para su uso.

Por otro lado, hay que resaltar que el hecho de que el paciente se vea bien, mejora su autoestima, lo que tiene un efecto positivo en su estado de ánimo, en su relación social y en sentirse más fuerte para afrontar la enfermedad.

Tratamientos de estética para pacientes con cáncer

Mito 10. "La toxina botulínica está contraindicada en pacientes con cáncer"

Hay una gran cantidad de estudios científicos que demuestran cómo la toxina botulínica ha sido utilizada en pacientes con cáncer en diferentes etapas de la enfermedad, con objetivos muy diversos, y a dosis mayores que las utilizadas en la medicina estética, sin que se hayan observado efectos adversos.

Por ejemplo, la toxina botulínica puede ser utilizada en pacientes con cáncer de cabeza y cuello para reducir la rigidez muscular y mejorar la deglución. En cualquier caso, siempre se debe llevar a cabo bajo la supervisión de un profesional médico cualificado.