¿Guapa a pesar del cáncer? La estética oncológica te lo facilita

Te contamos cómo tienes que cuidarte y qué tratamientos de estética hay para pacientes con cáncer

Por Nuria Safont

A pesar del miedo que provoca, el cáncer es posiblemente la enfermedad de la que mayores avances se ha beneficiado. No solo para combatirla, sino también para paliar los estragos psicológicos que causa. Hoy en día, existen tratamientos estéticos individualizados que sin duda se convertirán en un complemento imprescindible para encarar, vencer la patología y aumentar la autoestima del paciente.

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Los efectos secundarios de la quimioterapia

Problemas en la piel, sequedad, alopecia, pérdida de cabello en las cejas o pérdida de pestañas... son muchas las consecuencias de los tratamientos para el cáncer que pueden empeorar la calidad de vida de las pacientes. Porque aunque el objetivo de todas ellas sea superar esta enfermedad y todo lo demás queda en segundo plano, verse guapas también es muy importante. Así nos lo cuenta María Ángeles, una mujer que, en estos momentos, está recibiendo quimioterapia.

"Si hubiera conocido antes la estética oncológica mi adaptación al tratamiento hubiera sido muy distinta. Entrar en esa cabina y ponerte en manos de una esteticista formada en estética oncológica, es una experiencia verdaderamente mágica. No solo sientes tu piel más hidratada y saludable, sino que sientes una paz interior muy gratificante que te llena de energía para seguir hacia adelante. Ojalá todas mis compañeras en tratamiento puedan experimentar lo mismo”. 

Nos habla del programa de estética oncológica de la Fundación Ricardo Fisas Natura Bissé, que realiza tratamientos gratuitos en hospitales y asociaciones de pacientes y ofrece formación a todos aquellos profesionales de la estética interesados en poder realizar tratamientos de cuidado estético para la piel en sus centros. En estos programas, la estética forma parte del tratamiento oncológico, y ayuda a que las pacientes puedan lidiar con los problemas dermatológicos que provocan los fármacos y que se sientan bien a pesar del cáncer. 

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Cómo mejorar el aspecto en un tratamiento oncológico

Hay muchas maneras de paliar los estragos de estos fármacos. Desde cuidar la piel con productos adecuados para pacientes oncológicos hasta maquillarse para camuflar manchas o simular pelo donde no lo hay. Lo importante es saber a qué nos vamos a enfrentar y convencerse de que hay maneras de tratarlo:

Pelo

La caída total o parcial del pelo suele ser uno de los problemas más frecuentes y que más afecta a los pacientes oncológicos produciendo un gran malestar psicológico. Pero no hay que olvidar que se trata de un efecto secundario de algunos tratamientos quimioterápicos (no todos) y que es reversible (al poco de finalizarlo, el pelo vuelve a crecer con más fuerza, eso sí, con posibles cambios en la forma y el color). Es recomendable acudir a un centro especializado antes de que comience su caída (suele ocurrir en la tercera semana del tratamiento) para que el profesional asesore sobre un cambio de imagen, el uso de pelucas, pañuelos u otros postizos y que la paciente se sienta más cómoda y segura con la imagen que ve ante el espejo y la que proyecta a los demás.

En ocasiones, la caída es parcial, lenta o continuada o se produce un debilitamiento del cabello, empobrecimiento y falta de energía. En estos casos, debe prestarse especial atención al cuero cabelludo, extremando la higiene y la hidratación. Deben utilizarse champús suaves, secar la cabeza suavemente y sin frotar y utilizar productos específicos para hidratar, revitalizar y fortalecer tanto el cuero cabelludo como el cabello. Asimismo, es aconsejable protegerlo del sol y el frío mediante pañuelos o gorros que permitan la transpiración y no aprieten.

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Cejas y pestañas:

Junto a la caída del cabello, puede despoblarse o caerse el pelo de las cejas y pestañas u otras zonas del cuerpo.

Para paliar el impacto que produce en la paciente, existe una amplia gama de productos que permiten dibujar las cejas y la línea del párpado para dar mayor profundidad y expresión a la mirada. Es aconsejable consultar con un especialista para que ofrezca las pautas necesarias de maquillaje y utilizar productos que no dañen la piel ni ocasionen irritaciones o infecciones en los ojos.

Además, también existen técnicas seguras y más permanentes, aunque requieren retoques. Es el caso de la micropigmentación. Como explica Julián Hernando, técnico en micropigmentación de Clínica Menorca, este tratamiento se puede realizar aunque la paciente esté recibiendo quimioterapia. Como apunta este experto, los pigmentos utilizados en Clínica Menorca son de alta calidad, hipoalergénicos, y han superado todas las pruebas, tanto físicas como químicas para obtener los mejores resultados en los tratamientos. Disponen de su correspondiente registro sanitario de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Además, existe una gama de pigmentos muy extensa, con colores naturales. 

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Piel

Debido a los tratamientos oncológicos, la piel normalmente se vuelve más seca. Esta sequedad puede localizarse en una zona o a toda la superficie corporal. La prevención, en este sentido, es fundamental y por ello, es necesario que ya antes de recibir el tratamiento se cuide especialmente la higiene y la hidratación con agua templada, productos específicos sin perfume y jabones suaves, nos cuenta Celia Tanarro, maquilladora profesional especializada en pieles sensibles y atópicas, que maquilló a un grupo de pacientes que participaron en el el III Taller #vivirconcancerdemama, organizado por la Clínica Menorca. Asimismo, es esencial beber mucha agua y seguir siempre las indicaciones del médico o la enfermera.

Otra de las posibles reacciones adversas es la hiperpigmentación o aparición de manchas en la piel. Suele afectar a los pliegues cutáneos y suele tratarse de un problema reversible. Para prevenirlo es imprescindible extremar la protección frente al sol con protectores solares no irritantes y de alto espectro, además de resguardar la piel con gorras y camisetas.

Las irritaciones cutáneas también son reacciones que pueden producirse por el tratamiento. Pueden surgir en cualquier zona del cuerpo aunque es más frecuente en las palmas de las manos o las plantas de los pies. La mayoría de las veces desaparecen solas, pero pueden resultar molestas, por lo que se recomienda utilizar ropa holgada, de algodón o hilo y zapatos cómodos que no produzcan rozaduras.

Uñas

También pueden producirse alteraciones en las uñas como consecuencia del tratamiento. Las más frecuentes son la aparición de bandas horizontales o verticales, el reblandecimiento, la detención del crecimiento o el engrosamiento de la uña. Estos trastornos también son reversibles, pero es aconsejable consultar con el médico o el centro de estética para que ofrezca unas pautas de cuidado. Es fundamental, además, no utilizar ningún producto que pueda dañar la uña ni realizarse la pedicura o manicura en un centro no especializado, puesto que puede producirse una infección, sobre todo en mujeres a las que se les ha realizado una cirugía ganglionar axilar por cáncer de mama.