Cuando la rosácea o el acné debilitan tu autoestima

La dermatóloga Cristina Eguren acaba de publicar 'El acné y la rosácea como nunca antes te lo habían explicado', un manual que desmonta algunos de los mitos más comunes en torno a estas enfermedades cutáneas

Por Pilar Hernán

Los datos no dejan lugar a la duda: se calcula que 405 millones de personas en todo el mundo padecen rosácea. Como consecuencia de esta patología, el 41 % de los pacientes desarrolla ansiedad y el 25 %, depresión. El acné afecta igualmente a la calidad de vida de los afectados, conduciendo a una merma en su autoestima, y mayores tasas de vulnerabilidad, inseguridad y frustración. La doctora Cristina Eguren, dermatóloga y divulgadora, acaba de publicar El acné y la rosácea como nunca antes te lo habían explicado, un manual práctico y de fácil lectura que desmonta algunos de los mitos más comunes en torno a estas enfermedades cutáneas.

“Esta obra es un paso más en mi misión vital, que no es otra que intentar mejorar la vida de las personas a través de la dermatología. El acné y la rosácea como nunca antes te lo habían explicado pretende ser una experiencia para el lector a través de la cual intento transformar las emociones y vivencias negativas asociadas al acné y la rosácea en motivo de esperanza y mejora, ya no solo de la salud de piel, sino del estado de bienestar en su conjunto”, explica la doctora.

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Las patologías dermatológicas pueden afectar en gran medida al bienestar emocional de las personas que las padecen, ¿no es así?

Efectivamente. Hablar de piel es también hablar de emociones, de bienestar psicológico y de autoestima. La salud de piel no solo comprende la salud del órgano en sí mismo, sino también los estados emocionales asociados.

De entre ellas, ¿son tal vez el acné y la rosácea las más habituales?

El acné y la rosácea son las enfermedades más frecuentes de la unidad facial.

¿Cómo afrontan, desde el punto de vista psicológico, estos problemas las personas que las padecen?

Generalmente el acné y la rosácea afectan enormemente al bienestar psicológico y emocional de quien lo sufre. El tratamiento de la patología cutánea va de la mano de la mejora del estado emocional.

¿Acuden al dermatólogo buscando una solución rápida para tratar de acabar con un problema que les está generando inseguridad o frustración?

Los más jóvenes acuden con la necesidad de mejorar el acné lo antes posible y debemos tener en cuenta que precisamente los adolescentes están en un momento clave de su desarrollo emocional. Las mujeres que sufren acné adulto (y digo mujeres porque es mucho más frecuente en mujeres que en hombres) generalmente acuden tras haber visitado previamente a otros dermatólogos y tras años de brotes y haber realizado múltiples tratamientos. En consulta intentamos explicarles bien cómo y porqué aparece el acné y qué opciones de tratamiento tenemos para elegir juntas la más adecuada en su caso y situación, entendiendo que todo lleva su proceso y hay casos que pueden tardar varios meses en empezar a mejorar. Las soluciones rápidas, milagrosas y duraderas en el acné-rosácea no suelen funcionar, pero desde luego son patologías que pueden y deben tratarse en todos los casos.

Explica que el acné y la rosácea son dos patologías relacionadas, ¿es siempre así?

Suelo explicar que debemos considerar el acné y la rosácea como dos extremos dentro de un mismo espectro o dos estadios evolutivos dentro de una misma enfermedad. Podemos decir que son dos caras o dos formas de una misma patología.

¿Por qué aparecen estas patologías?

El acné-rosácea aparece por una función aumentada de la glándula sebácea, es decir, que la glándula de grasa trabaja en exceso y esto desencadenará el resto del cuadro.

¿Hay personas con un mayor riesgo de padecerlas?

Existen factores genéticos hereditarios que aumentan el riesgo de padecer acné-rosácea.

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¿Puede la piel ser un ‘chivato’ de que hay otros problemas de salud, física o mental?

Desde luego, la piel es el reflejo ya no solo del alma, sino de la salud interna en su conjunto.

Volviendo al tema emocional, cuando no estamos bien, ¿podemos entrar en un círculo vicioso que hace que los brotes incluso empeoren?

Cuando no estamos psicológicamente bien pueden aumentar los niveles de estrés y ansiedad, lo cual aumenta los niveles de cortisol y andrógenos y esto empeora el acné y la rosácea. Además, si nos encontramos mal, generalmente seguimos peores estilos de vida (peor alimentación, sedentarismo, mayor consumo de alcohol o tabaco…) y esto también impacta negativamente en la patología cutánea.

El acné es especialmente habitual en una etapa como la adolescencia, que no es sencilla de por sí a nivel emocional, ¿no cree?

Efectivamente, la adolescencia es una etapa muy importante del desarrollo emocional y padecer acné puede afectar negativamente a este desarrollo. Por ello es muy importante dar la importancia adecuada al acné, no transmitir la idea de que es algo banal y se pasará, llevar al adolescente al dermatólogo para que podamos valorarle y tratarle para controlar el acné y disminuir el riesgo de que aparezcan cicatrices, que no dejan de ser el fracaso del tratamiento a tiempo del acné.

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Pero no hay que obviar el acné adulto, ¿es un gran motivo de consulta también?

En Clínica Eguren, el acné en mujer adulta y la rosácea son los dos principales motivos de consulta, pues estamos muy especializadas en ello. Son patologías muy frecuentes que afectan a casi 1 de cada 4 mujeres a partir de los 25-30 años.

¿Piensa que le prestamos la atención que realmente merece a la salud de nuestra piel?

Creo que cada vez somos más conscientes de la importancia de la salud de piel en nuestro bienestar global. Una piel sana es una piel bonita y para llegar a la belleza tenemos que hacerlo a través de la salud.

¿Qué le diría a una persona que está buscando solución a sus problemas de acné o de rosácea? ¿Hay esperanza?

Claro que hay esperanza, el acné y la rosácea son patologías que pueden y deben tratarse en todos los casos.

¿Qué factores evitables podemos modificar para tratar de evitar problemas de acné o rosácea?

Ciertos estilos de vida pueden ayudarnos a controlar o prevenir los brotes, aunque hay que tener en cuenta que tampoco puede ponerse todo el peso del manejo en dichos estilos. Una correcta alimentación, una correcta rutina cosmética, evitar el sedentarismo, evitar el consumo del alcohol y tabaco y controlar el estrés son hábitos muy útiles para ello.

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¿En quién pensaba cuando escribía el libro, a quién quería dirigirlo especialmente?

Esta obra es un paso más en mi misión vital, que no es otra que intentar mejorar la vida de las personas a través de la Dermatología. “El acné y la rosácea como nunca antes te lo habían explicado” pretende ser una experiencia para el lector a través de la cual intento transformar las emociones y vivencias negativas asociadas al acné y la rosácea en motivo de esperanza y mejora, ya no solo de la salud de piel, sino del estado de bienestar en su conjunto. Al inicio de la lectura se descubren los dos personajes protagonistas, la Dra. E (E de Eguren y que representa al dermatólogo) y la Srta. P (P de paciente y que representa a la lectora y paciente). Ambas viajarán juntas para ir descubriendo una nueva forma de comprensión y abordaje del acné-rosácea. Las tapas, el color, el estilo y tono de redacción, las ilustraciones, los esquemas y resúmenes van todos alineados para lograr esa experiencia en positivo de algo que en principio no lo es. Espero haberlo conseguido y aportar así conocimiento y esperanza a todas las personas que padecen acné y rosácea y a los profesionales que intervienen en su manejo.