¿Cuándo un dolor abdominal es grave?

Hay distintos tipos de dolor abdominal. En unos casos es una situación grave que compromete la vida del paciente y requiere una intervención quirúrgica

Por Dr. Eduardo Junco

El dolor abdominal es un síntoma muy común a lo largo de una vida en la especie humana. Desde la infancia hasta la vejez ¿quién no ha padecido en alguna ocasión molestias, dolor sordo o agudo en la región del abdomen? Vamos a analizar el dolor abdominal, el dolor abdominal agudo y el abdomen agudo. Tres entidades clínicas que tienen en común el dolor de diferente intensidad, pero bajo el punto de vista médico manifiestan notables diferencias. Como veremos, para el diagnóstico, pronóstico y tratamiento es muy diferente sentir molestias o dolor leve por una gastritis, tener dolor abdominal agudo por un cólico biliar o sufrir un cuadro de abdomen agudo por una peritonitis, una situación grave que requiere atención médica inmediata.

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¿Por qué se produce el dolor abdominal?

El dolor abdominal inespecífico, que se puede describir como una molestia, se refiere a aquel de baja intensidad, que se localiza en el abdomen. Esta región anatómica abarca a todas las vísceras y estructuras localizadas por debajo del diafragma.

Suele ser esporádico, ocasional, de características subagudas y, a veces, con tendencia a la cronicidad. Su origen puede ser muy variado, lo pueden generar causas intraabdominales, causas extraabdominales (dolor irradiado) o causas sistémicas (enfermedades generales). Los gases gastrointestinales, la dispepsia (hinchazón abdominal), el estreñimiento, la gastritis, la gastroenteritis, la hepatitis, la infección urinaria y muchas otras son causas de dolor abdominal.

Una de las más frecuentes es la gastritis. En esta infección, el dolor generalmente es leve aunque puede volverse más intenso y, en ocasiones, una no pasa de manifestarse como una simple molestia o sensación de malestar y pesadez.

El dolor es de localización epigástrica, con sensación de quemazón retroesternal y supraumbilical (tras el esternón y por encima del ombligo, respectivamente). Cuando la mucosa gástrica queda expuesta a la acción de los ácidos del estómagos a consecuencia de la acción de substancias y alimentos que la irritan, a la bacteria helicobacter pylori, a la acción del acido acetilsalicílico o los medicamentos antiinflamatorios, la mucosa se inflama dando lugar a una gastritis aguda. Este dolor se calma fácilmente con antiácidos y otros medicamentos, pero cuando la mucosa está alterada, vuelve a inflamarse con facilidad.

Los medicamentos antiácidos como la cimetidina, la ranitidina así como los inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol son muy eficaces y los más utilizados para el tratamiento de la gastritis, siempre bajo prescripción y control médico.

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Causas del dolor abdominal agudo

El dolor abdominal agudo es un dolor de aparición súbita y de alta intensidad localizado en el área abdominal. El dolor visceral es mantenido y profundo y puede proceder del estomago, el intestino delgado, el intestino grueso, el hígado, el bazo, el páncreas y la vesículas biliar. Los riñones, las vías urinarias, los órganos del aparato genital femenino y las grandes arterias están por detrás del peritoneo y generan un dolor abdominal muy similar. El dolor peritoneal es intenso, agudo e invalidante y se produce por inflamación del peritoneo (peritonitis).

Existen otros dolores agudos referidos al abdomen pero que tienen su origen fuera de él. Es el caso, por ejemplo, de los infartos de miocardio, las neumonías pulmonares basales y la torsión testicular.

El dolor abdominal agudo es un síntoma de consulta obligada y urgente con el médico o en un hospital, pues con mucha frecuencia puede ser manifestación de serias y/o graves enfermedades y, en muchas ocasiones, solo se resuelve a través de una intervención quirúrgica.

Un ejemplo de dolor abdominal agudo es el cólico biliar. Este cuadro clínico se caracteriza por dolor cólico agudo, debido a la distensión de la vesícula biliar como consecuencia de la obstrucción producida por un cálculo que obstruye el conducto cístico o  el colédoco. El dolor es el síntoma predominante. Se puede acompañar de nauseas, vómitos, sudoración y en algunos casos de ictericia (color amarillo de la piel). La infección en esta situación es una complicación temible, trasformando el cuadro en un abdomen agudo y dando lugar a colecistitis aguda y/o colangitis.

El tratamiento del cólico biliar se realiza a través de una operación quirúrgica de cirugía laparoscópica con drenaje biliar y/o a través de una colecistectomía siempre con tratamiento antibiótico asociado.

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Riesgos del abdomen agudo

Abdomen agudo es el vocablo que describe una situación de dolor abdominal agudo con gran repercusión sobre el estado general del paciente y que conlleva. Se trata de una situación grave y, por tanto, de urgente e inmediata resolución.

El paciente que sufre abdomen agudo se encuentra muy afectado, con intenso dolor, defensa abdominal (abdomen en tabla), hipotensión, sudoración, en ocasiones fiebre y estado de alerta o de shock.

El médico se valdrá de pruebas analíticas y de imagen (como ecografía o resonancia) para llegar a un diagnostico rápido y certero. Pero, sobre todo, debe realizar una correcta y concienzuda anamnesis (entrevista médica) y una exploración cuidadosa y repetida en el tiempo tantas veces como sea necesario para valorar la necesidad de una posible intervención quirúrgica urgente.

El ejemplo más didáctico en este tipo de situaciones podría ser la apendicitis con peritonitis. La apendicitis es la inflamación aguda del apéndice ileocecal como consecuencia de su infección bacteriana, con la consiguiente inflamación aguda y supuración. Cuando el diagnostico y el tratamiento quirúrgico se retrasan la supuración pude dar lugar a una peritonitis.

La apendicitis aguda es la causa más frecuente de abdomen agudo en el adulto y en el niño representando el 15% de todas las urgencias quirúrgicas.

¿Qué se debe hacer ante un dolor abdominal agudo?

  • Reposo en cama.
  • No tomar alimentos sólidos.
  • Tomar solo agua en pequeñas cantidades.
  • No tomar medicación espasmolítica (contra los espasmos).
  • No tomar antibióticos.
  • Consultar al médico o acudir a un servicio de urgencias lo antes posible.