El juego es una de las mejores formas de relacionarnos con los demás y estrechar lazos. Jugando nos comunicamos, nos divertimos, reímos y segregamos endorfinas, nos relajamos y nos entretenemos. Por ello, los juegos de mesa son los reyes de las navidades. "Se trata de una actividad lúdica, lo que en sí es beneficioso, dado que aporta bienestar a través de la diversión", nos asegura Pilar Conde, de Clínicas Origen. Además, continúa la experta, con el juego se potencia la interacción social, el respeto, la comunicación, la tolerancia, la frustración y se estimulan las capacidades cognitivas.
¿Cómo hay que elegir un buen juego?
A la hora de comprar un juego de mesa hay que tener en cuenta varios aspectos. Por ejemplo, la experta en psicología recomienda pensar en el aforo. También hay que procurar que sea estimulante y divertido para todas las partes (niños, adultos y abuelos). "Todo ello hará que se potencien las ganas de participar".
Una vez empiece el juego, es importante que dejemos todo lo demás a un lado y nos centremos en la actividad y fluyamos con la dinámica del juego.
Una oportunidad para la gestión de las emociones
Por último, se pueden dar casos de frustración o surjan dificultades. Sabemos que todos estamos nerviosos y podemos 'saltar' a la mínima. En este sentido, Pilar Conde sugiere gestionar todas la emociones que surjan en el contexto del juego. Por lo que es importante "no dejarse llevar por ellas, entender lo que estamos sintiendo y por qué, y verlo como una oportunidad para comprendernos mejor y practicar la autorregulación", concluye la experta.
A continuación, os dejamos algunas sugerencias para que podáis disfrutar jugando en familia.
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