Día Mundial de la Epoc y del cáncer de pulmón

Dale un respiro a tus pulmones

Dejar el tabaco es la principal medida que se debe adoptar para reducir el riesgo de sufrir cualquiera de estas dos patologías. En la actualidad contamos con técnicas y medicamentos que te ayudarán a abandonar el hábito tabáquico.

Por Nuria Safont

Hoy, 17 de noviembre, celebramos dos días mundiales que mucho tienen que ver con la salud de tus pulmones. Por un lado, esta es la fecha seleccionada para hablar del cáncer de pulmón, pero también es el día para insistir en la prevención de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).  

Y es que nuestros hábitos de vida influyen a la hora de aumentar el riesgo de sufrir cualquiera de las dos patologías o, por el contrario, reducirlo. Como siempre recordamos, el tabaco es el peor enemigo. Un ejemplo, entre el 80-90% de los casos de cáncer de pulmón se dan en fumadores. Este hábito tan nocivo también puede acabar en EPOC. Para hablar de esta enfermedad, que cada vez afecta a más mujeres, hablamos con el Dr. Juan Antonio Riesco, del Servicio de Neumología del Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. Además, te damos consejos que pueden ayudarte a dejar de fumar. 

El experto, que ha participado en la sesión ‘Aires de debate’, llevada a cabo en el Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y que cuenta con la colaboración de AstraZeneca, insiste en la importancia de reducir los factores de riesgo de EPOC y realizar un diagnóstico precoz. Cada vez hay más avances en tanto en el tratamiento e, incluso, en la búsqueda de biomarcadores que permitan intervenir de forma temprana para evitar las complicaciones de esta patología, por la que fallecen cada año aproximadamente 18.000 personas.

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¿Cuáles son los síntomas iniciales de la EPOC? 

Es una enfermedad crónica con síntomas persistentes que en nuestro medio se asocia, en más del 90% de los casos, al consumo de tabaco. Inicialmente, los pacientes minimizan los síntomas y los atribuyen al tabaco: tos y expectoración, que a veces se acompañan de ruidos torácicos.

Lo que realmente le empieza a preocupar suele aparecer más tarde:

  • Cuadros catarrales invernales más prolongados y sobre todo disnea, es decir,
  • Dificultad respiratoria que se asocia con los esfuerzos

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¿Es una enfermedad reversible? 

No es una enfermedad reversible, es crónica y progresiva, pero eliminando factores de riesgo (tabaco, principalmente) y con un adecuado tratamiento se puede adquirir una calidad de vida próxima a la situación basal deseable, enlenteciendo la pérdida de función pulmonar y controlando los síntomas.

¿Puede aparecer en personas jóvenes? 

Las principales guías de abordaje de la EPOC (en España, la guía Gesepoc) recomiendan hacer una prueba diagnóstica (espirometría) en aquellos sujetos fumadores de más de 35-40 años que presenten síntomas respiratorios persistentes.

Cada vez es más frecuente que hablemos de factores que se pueden asociar al desarrollo precoz de la EPOC y, por eso, es importante hacer un seguimiento estrecho de las personas que han tenido algún problema de inmadurez al nacer ó en los primeros años de desarrollo. También en niños con infecciones respiratorias de repetición, asma en la infancia, y ante el déficit genético de alfa-1 antitripsina. En todos esos casos hay que intervenir precozmente con medidas de prevención y seguimiento espirométrico para identificar a los sujetos que podrían desarrollar antes la enfermedad. 

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¿Qué avances ha habido en el tratamiento? 

El tratamiento de la EPOC se estratifica en función del riesgo (que se establece según la función pulmonar, el grado de disnea y de obstrucción funcional). La piedra angular del tratamiento son los broncodilatadores y las estrategias terapéuticas disponibles son: la monoterapia, la doble terapia (en forma de doble broncodilatación o doble terapia: broncodilatador más corticoide) y la última estrategia terapéutica es la triple terapia (dos broncodilatarodores y un corticoide), recomendada en un solo dispositivo.

De hecho, los avances más relevantes giran en torno a los nuevos dispositivos de inhalación y a la triple terapia en un único dispositivo; actualmente, se tiende a la medicina personalizada y ello conlleva la búsqueda de biomarcadores que puedan predecir la respuesta a los nuevos tratamientos.

La mejoría de la disnea, la reducción de las exacerbaciones e incluso la disminución de las tasas de mortalidad son los grandes beneficios del tratamiento

Con conclusión, se debe insistir en que la medida más eficaz y coste-efectiva sin duda será ayudar a los fumadores para que abandonen el tabaco. Aún así, hay otras medidas que no podemos olvidar:

  • Incentivar el ejercicio y actividad física
  • Mejorar la nutrición
  • Recomendar vacunaciones

Actualmente, se están haciendo estudios con tratamientos biológicos y el objetivo común es intervenir precozmente para cambiar la historia natural de la enfermedad. 

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Cómo dejar de fumar y superar el síndrome de abstinencia 

El mejor truco para abandonar el hábito tabáquico es estar convencido de que fumar no compensa y que sí podemos dejarlo, aunque nos cueste esfuerzo. Aun así, es importante que contemos con la ayuda de un médico que nos oriente en este proceso y nos enseñe técnicas para combatir las tentaciones y el deseo. Además, valorará si es necesario recurrir a una terapia farmacológica para dejar de fumar, que se debe complementar con estos consejos que nos ofrece la Dra. Dra. Ana Neves, responsable de la unidad de Medicina del Estilo de Vida de Clínica FEMM, 

Controlar el ambiente

  • Lavar las cosas que huelan a tabaco.
  •  Elegir un sitio donde fumar antes de la fecha del último cigarro (lo más lejos posible del espacio habitual).
  • Tirar ceniceros y otros utensilios relacionados con el tabaco.

Interrumpir las tentaciones

  • Evitar hábitos que recuerden al cigarro (alcohol, determinado bar…)
  • Reconocer las situaciones de tu rutina que son más propensas para fumar (ambientes, personas).
  • Evitar café, tés oscuros y bebidas energéticas.
  • Lavarse los dientes justo al terminar de comer.
  • Cambiar la ruta para no pasar por delante del lugar donde comprabas tabaco habitualmente.
  • Modificar la rutina lo máximo que se pueda: dónde te sientas, qué haces al despertar… En esta línea, empezar alguna actividad nueva.

Superar el síndrome de abstinencia al dejar el tabaco

Una vez que se comienza el tratamiento para abandonar el tabaco, la Dra. Neves señala que el momento más duro y de mayor riesgo de recaída es cuando aparece ese deseo casi incontrolable de fumar.

Para la doctora, la clave está en no perder la calma. La abstinencia no dura más de 15 minutos; si el paciente se mantiene distraído en esos momentos de mayor molestia, podrá ir superándolos y cada vez serán menos frecuentes y más cortos.

Algunos trucos que pueden ayudar a hacer más llevadero ese momento son:

  1. Tener a mano caramelos o chicles poco calóricos: masticar disminuye las ganas de fumar.
  2. Elegir comidas con sabores fuertes y especiadas (canela, jengibre…).
  3. Beber agua muy fría: según diversos estudios, una gran ayuda para vencer la abstinencia es beber un vaso de agua bien fría.
  4. No negociar: un cigarro es suficiente para desencadenar los efectos químicos y psicológicos de la adicción.
  5. No sustituir el cigarro por dulces, ya que eso puede producir un aumento de peso y generar mayor ansiedad.