¿El coronavirus podría provocar diabetes?

Según un estudio preliminar, la COVID-19 podría causar la enfermedad metabólica al dañar las células que controlan el azúcar en la sangre

Por Gtresonline

Mascarilla, distancia social, gel hidroalcohólico... El coronavirus ha transformado por completo nuestra vida. Desde que se desatara la pandemia, que comenzó a sembrar el caos en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, son muchos los estudios que han proliferado para conocer más de cerca a este virus, que continúa teniendo en jaque al mundo entero a falta de una vacuna. Sin embargo, aunque paulatinamente estamos aprendiendo a convivir con el coronavirus, los resultados de las investigaciones no dejan de sorprender a los expertos. Según un estudio preliminar publicado en la revista Nature, la COVID-19 podría causar diabetes al dañar las células que controlan el azúcar en la sangre, tanto las que producen insulina como las que generan glucagón.

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"Las dos pandemias podrían estar enfrentadas"

La COVID-19 debilita el sistema inmunológico y afecta de distintas maneras en función de cada persona. Se sabe que la diabetes, al igual que otras enfermedades cardiovasculares y respiratorias, puede ser una condición que agrave las consecuencias de la infección por coronavirus. Sin embargo, ahora también puede ser lo contrario: que la diabetes sea una consecuencia más del virus. El estudio preliminar, que aborda la posible relación del virus originado en el continente asiático y la diabetes tipo 1, expone casos reales de personas que contrajeron la enfermedad espontáneamente después de padecer el coronavirus. Uno de ellos es el de Finn Gnadt, un estudiante alemán de 18 años que fue diagnosticado con coronavirus a mediados del pasado mes de abril. El joven pensó haber superado la enfermedad y estar completamente recuperado. 

Sin embargo, días después, comenzó a sentirse agotado y extremadamente sediento. A principios de mayo, le diagnosticaron diabetes tipo 1 y su médico del Hospital Universitario Schleswig-Holstein de Kiel (Alemania), Tim Hollstein, sugirió que la aparición repentina de la enfermedad metabólica podría estar relacionada con la infección viral. Lo mismo le sucedió a una paciente en China, que, pese a tener una buena salud, presentó una diabetes severa de reciente aparición, denominada cetoacidosis, después de contraer el coronavirus. La proliferación de casos similares ha provocado que los investigadores sospechen que el virus podría destruir las células que producen insulina y, como consecuencia, desencadenar la patología.

"La diabetes es dinamita si se contrae la COVID-19 (…) La diabetes en sí misma es una pandemia como la pandemia de la COVID-19. Las dos pandemias podrían estar enfrentadas", explica a la revista especializada el científico Paul Zimmet, quien estudia la enfermedad en la Universidad de Monash, en Melbourne (Australia). Un grupo internacional de científicos, entre ellos Paul Zimmet, se han unido para desarrollar una base de datos en la que puedan recopilar información sobre personas que tengan el virus y niveles elevados de azúcar en la sangre, que no tienen la enfermedad previamente. 

No obstante, una parte de la comunidad científica pide cautela y exige la necesidad de una evidencia sólida para poder establecer un vínculo entre la COVID-19 y la diabetes. "Necesitamos vigilar las tasas de diabetes en aquellos con COVID-19 anterior y determinar si las tasas aumentan por encima de los niveles esperados", señala Naveed Sattar, investigador de enfermedades metabólicas de la Universidad de Glasgow en Reino Unido. Aunque hasta la fecha todo son suposiciones, los investigadores continúan estudiando si el virus daña las células productoras de insulina y que, por consiguiente, la diabetes sea una secuela más de esta dura infección viral de la que aún queda mucho por descubrir.

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