Dieta

Esta es la versión saludable (e igualmente rica) de las tapas que solemos pedir

Ir de tapas en verano es un auténtico placer que no tiene por qué dar al traste con nuestra dieta si sabemos elegir las opciones que más nos convienen.

Por Cristina Soria

El verano es la época de las tapas y el terraceo por excelencia, aunque se trate de una costumbre de la que nos gusta disfrutar todo el año. Pero es cierto que estos meses salimos más entre semana y es más fácil descuidar nuestra dieta a base de cañas y tapas. Y aunque está bien no ser demasiado estrictos y disfrutar de todos los placeres en su justa medida, si prestamos un poco de atención a lo que consumimos podemos evitar un descalabro en la báscula tras un año entero cuidándonos.

No es necesario dejar de disfrutar, ni mucho menos. Tan solo necesitas saber que es posible salir de picoteo y comer bien, sin que esto te suponga un excesivo esfuerzo o disfrutar de ricos platos a la hora del aperitivo.

Leer: Estos son los beneficios de tomar huevos (casi) a diario

Elige la versión saludable de las tapas de siempre

Cuando al leer la carta de tapas tus ojos se detengan sobre las croquetas de jamón (son un clásico irresistible, para qué negarlo), sé fuerte y sigue bajando hasta llegar al plato de jamón serrano. Las croquetas son deliciosas, es cierto, pero están fritas y son, sobre todo, bechamel, lo que las hace calóricas en exceso. Por no hablar de que, una vez en el plato, parece que podemos comerlas como si fueran pipas.

En cambio, un jamón de calidad no solo está igual de delicioso (o más) que unas croquetas: tiene la mitad de calorías y sus grasas son cardiosaludables, lo que lo convierte en la alternativa perfecta, siempre que no te excedas con el pan que suele acompañar las raciones.

VER GALERÍA

Las brochetas de carne, especialmente los pinchos morunos, son ricas en grasas y en colesterol, sin olvidar que, además están fritas. Un brocheta de pollo a la brasa podría mejorar las opciones, pero si realmente buscas un pincho saludable no hay nada como uno vegetal. El champiñon, la zanahoria, el tomate o el calabacín a la plancha, bien aderezado con hierbas aromáticas no puede ser menos calórico y más saludable.

Leer: Beber agua es fantástico, pero vigila tus límites

El queso es otro de los grandes protagonistas del tapeo, y es cierto que es una excelente fuente de vitamina D y calcio, pero una ración de queso en aceite puede llegar a alcanzar las 500 calorías, algo que desestabiliza claramente nuestra dieta. 

En cambio, optar por el queso fresco siempre será una opción mejor, ya que las calorías se reducen a más de la mitad, además de tener menos sodio y ayudarnos a que no se disparen nuestros niveles de colesterol en sangre.

A veces, especialmente por la noche, la pizza puede convertirse en una opción ideal para mezclar el picoteo y la cena. Esto no tiene por qué suponer ningún problema siempre que elijamos una pizza elaborada con vegetales, que tendrá menos de la mitad de calorías que una de beicon y queso (por no hablar de las grasas saturadas que contiene esta última)

Trucos para un buen picoteo

Si entra en tus planes del día ir de tapas procura que no pasen más de tres horas entre comida y comida. Así evitarás llegar al aperitivo muerta de hambre y con ganas de pedirte la carta entera.

Cuando el picoteo lo preparas en casa es el momento de aprovechar para ir a tu favor preparando palitos de vegetales crudos, tapas con mayonesa ligera y bebidas refrescantes y naturales como un granizado de frutas sin azúcar.

Pero si, a pesar de todos los esfuerzos, te excedes de manera puntual, solo tienes que compensarlo con una cena ligera. Y si las tapas han sido el plan de la noche, date un buen paseo de media hora antes de ir a dormir. De esta forma lograrás quemar calorías y aligerar la sensación de pesadez en el estómago.

Leer: Cuánta fibra necesitas y dónde la puedes obtener