Cómo evitar el flato cuando haces 'running'

Nadie se libra de sufrir alguna vez un episodio de flato mientras hace deporte, especialmente cuando corremos. Puedes intentar evitar este molesto dolor, y atajarlo si aparece, con unos sencillos consejos.

Por Cristina Soria

Seguramente una de las cosas que más nos fastidia cuando salimos a correr es que aparezca el temido flato y nos obligue a aminorar (o a detener) nuestra carrera. Siempre nos pilla de sorpresa, no sabemos qué hemos hecho para provocarlo, y menos qué hacer para que desaparezca.

No existe una fórmula definitiva que impida su aparición, ni una solución rápida y definitiva al dolor que nos produce, pero eso no significa que no hagamos todo lo que está a nuestro alcance para intentar mantenerlo alejado de nosotros, y para atajarlo cuando llega.

¿Por qué puede aparecer el flato?

El flato es un dolor intenso que se produce en la zona del abdomen de manera repentina, cuando realizamos actividades que implican movimientos bruscos para el cuerpo, como es el caso de correr. El dolor lo causan las tensiones producidas en los ligamentos que unen el estómago con el diafragma.

La teoría más extendida es que el flato está relacionado con la respiración; que cuando esta es irregular y entrecortada se produce una falta de oxígeno que afecta al diafragma, causando este dolor. Lo mismo ocurre si hemos comido o bebido demasiado antes de ir a correr, porque no solo habrá una carencia de oxígeno, sino también de sangre en nuestro estómago, y es más fácil que aparezca el temido flato.

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¿Es posible prevenirlo?

Todo lo anterior son especulaciones que, según los especialistas, parecen aproximarse mucho a las causas reales del flato. Por eso, si las tenemos en cuenta podemos intentar evitar que aparezca y acabe, de manera súbita, con nuestro entrenamiento.

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Cuidar la salud de nuestro aparato digestivo, a través de una alimentación saludable, es más importante de lo que parece. Una dieta que cause la inflamación del intestino o que nos provoque problemas de acidez nos hará más susceptibles a tener flato mientras corremos. Además, procura no salir a entrenar nada más comer y deja que tu estómago haga la digestión y no se sienta pesado. Lo mismo ocurre con los líquidos; si bebes demasiado antes de correr harás que aumenten las posibilidades de que el flato aparezca; y si necesitas beber durante la carrera hazlo a pequeños sorbos, aminorando la marcha si es necesario.

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Como hemos dicho antes, una mala respiración puede derivar en pocos minutos en dolor abdominal, por lo que has de procurar respirar siempre de manera uniforme y acompasada con el ritmo de la carrera para evitar quedarte sin oxígeno.

Cuando, hagas lo que hagas, el flato aparece

Puede que, a pesar de todos tus esfuerzos, el flato vuelva a sorprenderte al correr cuando menos te lo esperas. En ese caso, lo primero que has de hacer es bajar el ritmo hasta casi caminar (nunca parar en seco) y comenzar a respirar con suavidad. También puedes localizar con los dedos la zona que te duele y ejercer una pequeña presión sobre ella.
Si, a pesar de esto, el flato no desaparece no queda más remedio que detener la marcha por completo y concentrarnos en realizar respiraciones profundas que nos ayuden a estirar el abdomen.  Lo normal es que el flato desaparezca a los pocos minutos, pero si persiste demasiado tiempo no dudes en acudir al médico.

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