Una casa de 134 metros cuadrados para cuatro personas. Este piso se ubica en el céntrico barrio madrileño de Malasaña y es una joya redescubierta por sus propietarios, Jaume Marcos y Nina Schmitt-Nilson. Ellos mismos, sin pertenecer al mundo del interiorismo, comenzaron la reforma "con la idea de respetar la identidad original de la casa, utilizar materiales nobles y naturales y dando un alto valor a la sostenibilidad", comentan.
Una vivienda con historia
La construcción data del año 1850 y sus propietarios se la encontraron vacía, literalmente. "No quedaba nada más que el perímetro exterior y tabiques, sin pavimentos, sin tuberías de agua, saneamiento o calefacción, sin cables de electricidad", mencionan Jaume -ingeniero aeronáutico- y Nina -médico internista-. Tras el trabajo de rehabilitación, la casa -exterior, en esquina y con siete balconeras que dan a una plaza- era un lienzo neutro de suelos de madera, ventanales amplios con contraventanas de madera y mucho blanco en las paredes. ¡Perfecto para dar carácter a la casa con la decoración!
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