El color comodín por excelencia, el blanco (roto, puro, tiza, hueso, crema, antiguo, seda…) es una apuesta segura, ya que es fácil de combinar, saca partido al espacio y dota a la casa de encanto y sencillez. Eso sí, siempre que vaya bien acompañado de muebles y telas que potencien sus valores decorativos. En la decoración de salones, es ideal si eres de las que te aburres enseguida de la ‘blancura perfecta’ o te gusta renovar los complementos decorativos con regularidad. Sin problemas de adaptación, encaja bien con cualquier estilo decorativo y (casi) con todos las tonalidades, siempre que se mantenga a raya su frialdad, especialmente en los blancos puros.
Contemporáneo con gris y madera
El gris y la madera son dos de los fondos de armario más efectivos en la decoración de interiores. Si a este binomio, le unimos una base blanca en paredes y cortinas, tendremos un trío ‘deco’ lleno de éxito, como ocurre en esta propuesta de El Corte Inglés. Ideal para ambientes contemporáneos, abrígalo con cálidas alfombras, tapicerías de cuero y piezas y adornos sencillos, pero con personalidad.
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