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El vino y todo lo que le rodea es el protagonista, con permiso del diseño, de estos lugares. Eso sí, cada uno a su manera. Arquitectura ecológica, fusión de modernidad y tradición y un interiorismo de autor definen estos espacios que ofrecen experiencias y sensaciones únicas para el visitante. ¿Nos vamos de vinos?
Bodega Waltraud: diseño bioclimático
Como un elemento más del paisaje, la bodega Waltraud acoge los vinos icono de Bodegas Torres, mostrándose bella y especial en medio de un paisaje típico del Penedès. Obra del arquitecto Javier Barba, uno de los impulsores del movimiento verde de arquitectura, cada rincón respira naturaleza, trabajo y cultura, los mismos valores que encierran cada botella de sus excelentes caldos.
Construida en 2008 según los principios de la arquitectura bioclimática, la vegetación leñosa de clima seco reduce el riego. A su vez, el edificio respeta la cota natural del suelo, con un primer nivel subterráneo donde los vinos reposan y envejecen en las barricas. La cubiertas tapizadas con especies vegetales locales y el mejor aprovechamiento de la lluvia consiguen un mínimo consumo energético de agua. Mientras que, mediante la instalación de un árbol fotovoltaico, se genera la energía suficiente para iluminar el conjunto.
Además, una capa de tierra blanca cubre los terrenos creando un bello paisaje y favoreciendo el “efecto albedo” (fenómeno natural provocado por la reflexión de la luz solar que sirve para contrarrestar el calentamiento global). De esta manera, la tierra blanca evita que se caliente la bodega, favoreciendo el ahorro energético.
Bodegas Cepa 21: modernidad y tradición
Cuando la tendencia actual se alía con la herencia y el saber de generaciones, surge un lugar como Cepa 21, una bodega que manifiesta el nexo de unión entre lo tradicional (la cepa) y la modernidad (siglo XXI), que refleja la revolución vitivinícola que está sucediendo en España.
Situada en la Ribera del Duero, Cepa 21 se erige entre valles y viñedos como la apuesta y el proyecto más arriesgado de la tercera generación de la familia Moro, dueños también de una de las bodegas más emblemáticas de nuestro país. Su arquitectura minimalista y funcional no olvida, sin embargo, la sabiduría acumulada durante generaciones de trabajo dedicado a la elaboración de vinos de calidad, en un nuevo concepto dirigido a un tipo de consumidor entendido y abierto a las nuevas tendencias.
Dentro de este espíritu innovador, la bodega ofrece numerosas actividades y experiencias exclusivas, como talleres de vendimia o de poda en verde, visitas dobles…
Wine Fandango: una experiencia única en un espacio único
¿Un restaurante, un bar de tapas, una sala de espectáculos…? En realidad, Wine Fandango es esto y mucho más, ya que a una alta cocina sin complejos se le suma una carta de 100 vinos; DJ’s sorprendentes; vermuts musicales con actuaciones de pequeño formato de cantautores y grupos; talleres de cocina y un sinfín de actividades que ofrecen una experiencia multisensorial.
Rediseñado por el interiorista Lázaro Rosa-Violán, Wine Fandango se encuentra en los bajos del palacete de Vara de Rey (Logroño), en lo que en otro tiempo fuera el Gran Hotel. Con tres zonas diferentes (terraza, wine bar y restaurante), posee una decoración espectacular, que aúna tradición y sofisticación, logrando un espacio cosmopolita que no renuncia, sin embargo, a su esencia ‘cañí’, a sus raíces. Los neones neoyorquinos, tan asociados al mundo del espectáculo, sirven de inspiración, actuando como elementos unificadores, capaces de integrarse con elementos típicos de ‘taberna’.
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