La calabaza es uno de esos alimentos que no debes perder de vista a la hora de llenar el carrito otoñal en el mercado, además de como decoración en Halloween para preparar infinidad de elaboraciones. Para cremas, arroces, pastas, tartas y un larguísimo listado de recetas, es un ingrediente que aporta sabor, color y diferente texturas a nuestra cocina. Las calabazas rellenas son otra de las maneras en las que más lucen estos frutos anaranjados, como verás en las siguientes 10 recetas.
Estamos ante un producto de origen milenario -ya era cultivado en China y Egipto antes de la era cristiana- que, a nivel nutricional, presenta propiedades más que interesantes: bajo contenido graso, gran fuente de fibra, vitaminas -sobre todo vitamina C- y antioxidantes… De manera que, según cómo cocinemos la calabaza, puede ser una gran ‘aliada’ para llevar una dieta saludable.
Y hablando de sus posibilidades culinarias, aquí encontramos otra de sus grandes ‘virtudes’: la gran versatilidad que nos ofrece entre fogones. Su sabor dulzón hace que la calabaza sea apta para recetas tanto saladas como dulces: podemos disfrutarla, por ejemplo, en forma de crema o -de manera más ocasional- en forma de tartas, bizcochos… Pero sus posibilidades en la mesa van muchísimo más allá y hoy nos vamos a centrar en una forma de preparación que nos encanta: aprovechar la propia calabaza para convetirla en ‘recipiente’ e introducir en su interior los rellenos más dispares (arroces, verduras, hortalizas, carnes, sopas...).
Además, no hay que olvidar que el mercado nos ofrece distintas variedades de calabaza que difieren en su color, sabor, tamaño, forma… Las calabacitas más pequeñas, por ejemplo, son ideales para hornear y quedan muy vistosas, al igual que la calabaza tipo pera o violín, muy atractiva también visualmente. A continuación, os mostramos algunas ideas para preparar calabazas rellenas que, además de resultar muy ricas, ofrecen un aspecto irresistible.