La calabaza es, sin duda, uno de los grandes símbolos del otoño gastronómico. Con un atractivo color anaranjado, su sabor ligeramente hace que esta hortaliza tenga una gran versatilidad para su uso en recetas saladas y dulces.
Sin olvidar, además, sus interesantes propiedades nutricionales: es rica en fibra, en antioxidantes como el betacaroteno, en minerales esenciales… y, además, tiene un aporte calórico bajo (alrededor de 30 kcal por cada 100 gramos de producto).
Asimismo, contamos con distintas variedades entre las que elegir: desde las más redondeadas, perfectas para rellenar, hasta las alargadas en forma de violín (butternut), ideales para asar o transformar en espaguetis vegetales.
Aunque la calabaza suele aparecer en nuestra mesa en forma de crema, este alimento tiene un potencial culinario mucho mayor. Asada, salteada, en ensaladas templadas, acompañando arroces o incluso como base de un hummus, ofrece como decíamos, un grandísimo abanico de posibilidades culinarias.
En esta selección encontrarás diez recetas sencillas, saludables y llenas de color que muestran cómo disfrutar de la calabaza de formas diferentes, más allá de lo habitual.