Esta receta es de las más tradicionales que hay con bacalao. Empleamos su versión salada, que hay que desalar muy bien previamente, y para la salsa vamos a utilizar tomates maduros, ¡porque no hay nada como lo natural y casero! Este pescado es sinónimo de Semana Santa, pero no exclusivamente, pues esta receta nosotros la hacemos durante todo el año. Es una de las más fáciles y rápidas para cocinar este emblemático pescado. Solo vamos a necesitar 2 ingredientes, además de la sal y el aceite.
- 600 g de Bacalao salado en 4 trozos
- 1 kilogramo de Tomates maduros
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
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1.
Lava bien los trozos de bacalao con agua fría bajo el grifo para quitar la sal.
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2.
Colócalos con la piel hacia arriba en un recipiente grande con abundante agua fría.
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3.
Mete el recipiente en la nevera a una temperatura de entre 4 y 6 grados.
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4.
Cambia el agua la primera vez a las 12 horas y después cada 8 horas.
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5.
Después de 48 horas se saca de la nevera, escure bien los trozos de bacalao y seca con papel de cocina.
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6.
Coloca con la piel hacia abajo en una cacerola profunda puesta al fuego y cubre con aceite de oliva para confitarlo, cocinándolo a una temperatura constante de 70ºC durante 10 minutos.
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7.
Coge 4 cucharadas de ese aceite que tiene la gelatina y el sabor del bacalao y añade a una sartén.
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8.
Incorpora los tomates maduros pelados, cortados y sin semillas y sofríe a fuego lento durante 25 minutos o hasta que la salsa esté espesa.
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9.
Finaliza la receta poniendo en una fuente de barro cuatro o cinco cucharadas de tomate frito y calienta hasta que empiece a cocer.
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10.
Coloca los lomos de bacalao confitado en el centro, cubre con la salsa tomate sobrante y deja que se hagan otros tres minutos más antes de servir.
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