Par este postre ni tan siquiera emplearemos el horno, por lo que se elabora de una forma muy cómoda, rápida y sencilla. Asimismo, tampoco necesitaremos de muchos ingredientes, y son de los que podrás tener en casa perfectamente en cualquier momento. Aunque al tener que conservarse en la nevera, sí requiere de unas horas para que se cuaje bien.
- 1 paquete de Galletas
- 100 g de Mantequilla
- 500 g de Queso crema
- 400 g de Leche condensada
- 1 unidad de Limón (el zumo + la ralladura)
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1.
Tritura las galletas con un mortero o colocándolas en una bolsa de plástico y golpeándolas con un rodillo.
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2.
Derrite la mantequilla al baño María o en el microondas y mezcla con las galletas hasta formar una pasta que será la base de la tarta.
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3.
Pon esta mezcla en un molde desmontable presionando bien con los dedos para que quede lisa y compacta y luego llévala a la nevera.
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4.
Echa la leche condensada en un recipiente con el queso de untar (el queso debe estar a temperatura ambiente).
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5.
Bate a velocidad mínima con varillas eléctricas o a mano hasta que quede todo bien homogéneo.
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6.
Añade a esta preparación la ralladura de limón y vierte el zumo poco a poco, sin dejar de mezclar hasta conseguir una pasta esponjosa.
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7.
Saca la base de galletas de la nevera y echa encima la crema de queso y limón.
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8.
Llévala de nuevo al frigorífico durante unas 4-5 horas aproximadamente hasta que se endurezca.
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