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El domingo 28 de marzo viviremos otro cambio de hora y sí, aunque por la tarde disfrutaremos más tiempo de la luz natural, también dormiremos una hora menos y los expertos avisan de que esta alteración tiene sus consecuencias a nivel físico y emocional. Si hace pocas semanas te presentábamos los supersérums de primavera entre los que no faltaba un contorno de ojos de acción antifatiga y también los últimos trucos de maquillaje inspirados en Blanca Suárez con foco en cejas y pestañas, así como los mejores tips para quitar bolsas y ojeras, ahora descubrirás por qué la mirada es una de las primeras damnificadas por la escasez de sueño. Y es que, un detalle a priori insignificante como que a las dos de la madrugada sean automáticamente las tres, provoca que se acentúen bolsas y ojeras, un aumento en el niveles de estrés e incluso que la piel pierda parte de su firmeza. Descubre estas y otras secuelas de la mano de los que más saben de belleza.
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1. Mirada cansada
La primera secuela y, quizás, la más obvia, es que el recorte en horas de sueño potencia los signos de cansancio en la mirada. Como explica Sonia Márquez, directora de comunicación de + Farma Dorsch, "se duerme una hora menos, y la mirada es la primera en mostrar las consecuencias. Y justo en el peor momento, cuando somos conscientes de que la mirada es ahora el centro de atención. Minimizar bolsas y ojeras debe ser el objetivo cosmético Nº 1". Como solución, además de hacerte con un contorno de ojos antifatiga y un corrector de ojeras, los especialistas en cirugía y medicina estética de Clinica Trevi aconsejan una dieta baja en sal y especias: "Este tipo de condimentos y potenciadores del sabor favorecen la retención de líquidos, que tan nociva resulta para la piel. Por ello, se debe reducir su consumo al mínimo".
2. Pérdida de firmeza
Sí, el cambio de hora también afecta a lo terso que te notas el cutis, lo confirma Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty: "Implica cambios en los niveles de melatonina, la hormona que regula nuestras horas de descanso. Dormimos peor durante los primeros días y la falta de sueño tiene un impacto negativo en la piel, ya que provoca deshidratación y falta de elasticidad".
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3. Aumento en los niveles de estrés
"De acuerdo con un estudio de 2016, publicado en la revista The Journal of Brain & Behavior, las mujeres tienen el doble de probabilidades de padecer estrés y ansiedad grave que los hombres, porque su respuesta al estrés es diferente", nos contaba Mar Sieira, farmacéutica y CEO de Sarah Becquer. Una realidad que se amplifica este 28 de marzo, pues Begoña Gómez, experta en tratamiento de Yves Rocher, apunta a una mayor sensibilidad "no solo anímica. Cualquier cambio genera estrés y en la piel esto se hace notar en forma de una mayor sensibilidad cutánea, rojeces, picor o tirantez. Conviene fortalecerla con tratamientos calmantes que al mismo tiempo hidraten intensamente".
4. Mayor riesgo de inflamación
De nuevo, un problema del que ya nos avisaban los expertos debido al uso de la mascarilla sanitaria. En palabras del fundador de Twelve Beauty: "Esta situación acarrea distintos problemas y los más usuales son la inflamación, la irritación las rojeces y el acné. Y lo que la piel ha vivido hasta ahora no es nada comparado con lo que viene". Y no se equivocaba, resulta que el cambio de hora tampoco ayuda a este respecto: "Cuando uno duerme menos se activan las citoquinas proin amatorias IL33, y estas se implican directamente en varios procesos siológicos como una mayor acidez y un debilitamiento de la barrera cutánea", concluye Paola Gugliotta, fundadora de Sepai, quien recomienda la Moist Relief Mask de su marca, con efecto calmante y desestresante instantáneo.
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