Errores que cometes al desmaquillarte y que pueden estar envejeciéndote

Los expertos nos resumen todo aquello que no debemos hacer a la hora de quitarnos el maquillaje y limpiar la piel

Por Pilar Hernán

Desmaquillar la piel es un paso imprescindible en nuestra rutina diaria de belleza: los expertos en el cuidado de la piel -como la gurú en quien confía Meghan Markle- así lo confirman en cada entrevista. Si no se limpia cada noche -eligiendo los mejores cosméticos para hacerlo-, acaba pagando las consecuencias y mostrando de forma prematura las huellas del paso del tiempo. Y es que quizá estamos cometiendo una serie de errores al desmaquillarnos que, sin saberlo, pueden estar sumándole años a nuestra piel. Si nos planteamos el impacto que tendrán estos fallos diarios sobre nuestro envejecimiento, según la doctora Elena Martínez Lorenzo, dermatóloga de la clínica Pilar de Frutos, “es más del que pensamos”. Así, nos explica que “una correcta limpieza supone una piel más sana, oxigenada y con una menor producción de radicales libres. Los radicales libres son sustancias oxidantes que suponen el origen de las arrugas y líneas de expresión, conduciendo a un envejecimiento prematuro. Una adecuada limpieza, entre otros factores, ayudará a mantener nuestro cutis con un aspecto más joven durante más tiempo”.

1. No desmaquillarse

Parece obvio, pero el error más común y que seguramente haya cometido más gente es no desmaquillarse. "¿Quién no se ha ido a la cama alguna vez con el maquillaje y se ha lavado la cara al día siguiente?”, cuenta Marta Bayón, experta de la Farmacia Marta Masi. “Dejar el maquillaje puesto toda la noche dificulta la renovación celular de la piel que tiene lugar mientas dormimos y que sustituye las células muertas por células nuevas. Si no retiramos el maquillaje, la piel no se regenera bien y se ve más apagada, seca y más envejecida”.

2. Recurrir siempre a toallitas

“Otro error que cometemos, a veces por pereza, es recurrir a las toallitas desmaquillantes, porque pensamos que son mejor que no eliminar el maquillaje, aunque en el fondo sabemos que no es lo más indicado para retirarlo”, añade Marta Bayón, quien nos cuenta que las toallitas contienen numerosos conservantes que pueden irritar la piel, otros ingredientes químicos necesarios para preservar su fórmula y, en su mayoría, no incluyen agentes desmaquillantes. “Por lo que al usarlas solo estamos extendiendo el maquillaje por todo el rostro y no limpiando. Las consecuencias serían similares a las de no desmaquillarse”, añade la farmacéutica.

3. No hacer la doble limpieza

Al no limpiar la piel en profundidad se quedan restos de maquillaje, que también van a impedir la renovación celular. Es muy importante saber cómo hay que limpiarse y desmaquillarse el rostro para mantener la piel joven, luminosa y sana”, nos cuenta Marta Bayón sobre esta doble limpieza, que es uno de los pasos que hemos adoptado de la rutina facial coreana. Así, consiste en aplicar dos limpiadores, uno en formato aceite y otro de base acuosa, tal y como explican los expertos de Miin Cosmetics. De esta forma, eliminamos los restos de suciedad de manera eficaz y, además, preparamos la piel para recibir los productos posteriores. 

4. Usar productos que no son adecuados para nuestra piel

“Es importante saber elegir qué producto es el que necesitamos y consultar con un experto si tenemos dudas. En caso de producirse irritación se recomienda dejar de utilizar dicho producto, ya que esta puede derivar en una inflamación que termine produciendo una hiperpigmentación de la piel. Se verá con manchas dando un aspecto más envejecido”, nos dice la experta de la Farmacia Marta Masi.  Coincide la doctora Elena Martínez Lorenzo, dermatóloga de la clínica Pilar de Frutos, para quien “el primer error que cometemos a la hora de desmaquillarnos es el uso de productos inadecuados. Por un lado tendemos a usar un mismo producto para todo. Esto es una equivocación, porque no todas las zonas de la piel son de las mismas características. Por ejemplo, los párpados y la zona del contorno de los ojos tiene una piel más fina, por tanto más sensible y con una mayor capacidad para la irritación. Por otro lado, debemos usar cosméticos adaptados a nuestro tipo de piel, grasa, seca, sensible…”, nos explica. Todo ello influye en un mayor o menor envejecimiento de la piel, como nos cuenta la farmacéutica Esther Sansi: “Si el producto es demasiado agresivo o no apto para nuestro tipo de piel provoca desestabilización de la barrera cutánea y con ello acentuaremos los signos de la edad”.

5. Un exceso de limpieza

Marta Bayón nos explica que hay gente a la que la doble limpieza no le parece suficiente y realiza otra tercera limpieza o cuarta. Error. “Se realiza un exceso de limpieza para retirar cualquier resto de contaminación, maquillaje o suciedad hasta dejar la piel impecable. No hay que abusar de la limpieza porque rompemos el manto lipídico de la piel cuya función principal es la de proteger la piel de agentes externos como la radiación solar y la contaminación. Si rompemos el manto lipídico, la dermis se reseca y se agrieta. Hay que elegir limpiadores adecuados para no deshidratar la piel y de esta forma mantener la piel iluminada y retrasar la aparición de arrugas”, nos explica.

6. Usar jabón de manos

Las prisas hacen que esta opción sea en algunos momentos la forma más rápida y cómoda para desmaquillarse. “La mayoría de los jabones que se comercializan para uso corporal no tienen un pH adecuado por lo que les añaden otros agentes para minimizar las agresiones cutáneas. A la larga estos jabones terminan por resecar y dañar la piel. Utilizar el jabón de  manos para limpiarse la cara puede terminar por causar acné, dermatitis seborreica e incluso alguna infección”, nos cuenta Marta Bayón.

7. No tener en cuenta la temperatura del agua

“Debe ser templada, porque si está demasiado caliente tiene efecto vasodilatador con capacidad de irritar y congestionar nuestra piel. Y, por otro lado, un agua demasiado fría tiene un efecto contrario, la vasoconstricción, que puede dificultar la retirada de los productos de limpieza”, nos cuenta la dermatóloga. Algo en lo que coincide la farmacéutica Esther Sansi, quien explica que “el agua caliente deshidrata la piel y puede hacer que aparezcan arruguitas”.

8. Usar la técnica incorrecta

“Es muy importante emplear utensilios y manos limpias, textiles que no irriten la piel o produzcan alergia y no agredir la piel presionando mucho o frotando en exceso. Hay que tratar la piel del rostro con suavidad para mantenerla elástica y firme durante más tiempo”, nos aclara Marta Bayón. Sobre este punto, la doctora Martínez Lorenzo nos cuenta que “lo habitual es hacer una limpieza rápida y sin reparar en qué zonas se hacen antes y cuáles después. Lo ideal es comenzar por las zonas más sensibles, como párpados y labios, que requieren unos productos específicos, unos cuidados más delicados y más tiempo”.

9. Frotar en exceso

“Solemos acabar retirando los restos de maquillaje que son más resistentes frotando la zona. Frotar supone un traumatismo sobre la piel, con la irritación consecuente, más aún en las zonas más sensibles como párpados, labios o cuello. El ejemplo más típico lo tenemos en las máscaras de pestañas waterproof. Estas suelen ser resistentes a los limpiadores habituales, por lo que nuestra tendencia suele ser frotar la zona para eliminar los restos más resistentes; lo ideal es usar desmaquillantes específicos de ojos y de base oleosa que, aplicados en discos de algodón, se ponen sobre las pestañas unos segundos y, tras dejar actuar el producto, se retira de arriba a abajo y del centro a la periferia de la zona”, nos cuenta la dermatóloga. “El masaje debe ser suave, en círculos, pero de intensidad media. Si el producto es adecuado, retirará todo el maquillaje en un solo paso. Yo recomiendo utilizar un limpiador en aceite: lo disuelve con mayor facilidad sin irritar o dañar la piel”, nos sugiere Esther Sansi, quien también recomienda no frotar en exceso al secar con la toalla.

10. Dejar zonas olvidadas

La más habitual es el cuello. “Tendemos (y no solo al desmaquillarnos) a olvidar tratar el cuello, una zona de piel más fina, y por tanto más sensible, que puede dañarse al igual que el resto de la piel de la cara”, nos cuenta la doctora Martínez Lorenzo. “Siempre hay que desmaquillar todo el rostro: desde el nacimiento del pelo en el contorno hasta el cuello, que suele ser el gran olvidado”, concluye Esther Sansi.

11. No aclarar bien el rostro

“Si usas productos que se retiran con agua, es vital enjuagar bien con agua templada, pues si quedan residuos los poros se obstruyen, pueden aparecer puntos negros, y generarte una reacción alérgica, o incluso puede causar que la crema haga pelotillas… Cada paso requiere su tiempo y hay que iniciarlo con las manos limpias y acabarlo con una buena retirada”, nos explica Esther Sansi.

Un truco de experta: La doctora Martínez Lorenzo recomienda el uso de agua termal tras todo el proceso de desmaquillado. “Ayuda a retirar los últimos restos de maquillaje y a recuperar la piel de las agresiones sufridas durante el proceso, tanto del daño mecánico como químicos del agua y los productos”.