Masajes ¡no sólo en la espalda!

Hay muchas zonas del cuerpo que también pueden beneficiarse de sus propiedades saludables

Por hola.com

Escuchas la palabra masaje y piensas, casi de inmediato, en tu espalda. Sí, esa parte de nuestro cuerpo suele ser la mayor beneficiada a la hora de recibir masajes -también porque es una de las que más sufre-, sobre todo en la zona cervical y lumbar. Piernas y pies también suelen encontrar su hueco cuando se realiza un masaje relajante. Pero hay más zonas que pueden salir beneficiadas. Cristina Domínguez, Healthy Lifestyle Coach del hotel Barceló Sancti Petri Spa Resort, hace una radiografía de cuáles son estos puntos, las sensaciones que en ellos se producen y los beneficios que se logran.

Orejas
Tal vez no lo habías pensado, pero un masaje en las orejas no sólo es relajante, sino que también puede ser beneficioso. ¿Los moticoa? Estimula la circulación a niveles energético y sanguíneo. Esta región es una zona refleja que proyecta el resto del cuerpo. De este modo, trabajando con masajes sobre ellas, especialmente en los lóbulos, se fortalecen las funciones de todos los órganos, especialmente de los riñones, que se activan indirectamente.

Glúteos
Estamos ante una de las partes más sensibles y una zona en la que un masaje bien aplicado puede tener muchos beneficios. Por un lado, y por su cercanía con los riñones, fomenta que trabajen más y mejor, ayudando también al nervio ciático, evitando posibles lumbalgias. Asimismo, un masaje en esta región, además de una absoluta sensación de relajación, activará la circulación en esta zona, previniendo de este modo la aparición de celulitis y la concentración de grasa, produciéndose un efecto drenante.

Yemas de los dedos
Las yemas de los dedos son, por un lado, muy resistentes, pero por otro, altamente sensibles. Aunque son ellas las que se suelen utilizar para dar masajes, también pueden ser masajeadas. Mediante técnicas de presión sobre este punto de los dedos se relaja una zona del cuerpo que suele acumular mucha tensión, tanto por somatización, como por el propio trabajo que se hace con ellas en el día a día. Masajear las manos resulta positivo para evitar incómodos síntomas producidos, por ejemplo, por la artrosis o también por lo que ahora se denomina como el efecto-gatillo, un anquilosamiento de los pulgares, consecuencia directa del uso de aparatos tecnológicos y las posturas que se emplean para manejarlos.

Cara
La cara se suele masajear en pequeños tratamientos faciales, pero lo que no se tiende a hacer es una técnica que sea, enteramente, un masaje de rostro. Hay múltiples ejemplos que vienen de Oriente. Un claro ejemplo es el kobido, un procedimiento milenario de origen japonés que aplica métodos de tapping y estiramiento. Con ellos se logra un efecto lifting natural de la piel mediante la reactivación de la circulación y la generación natural de colágeno que provocan los diferentes movimientos. Asimismo, este tipo de tratamientos consiguen un profundo estado de tranquilidad a través de una experiencia holística que abarca más terrenos, como el de la aromaterapia.

Coronilla
Un tratamiento en esta zona es muy adecuado para aquellas personas que sufran estrés o migrañas habitualmente. Aplicados mediante técnicas ayurvédicas con aceites esenciales, estos masajes resultan beneficiosos, al ser ésta una zona que ejerce como punto de presión a nivel general. El trabajo sobre esta región produce una sensación de ligereza absoluta, creando un efecto placentero. Además, con él se consigue activar la circulación craneal y corporal, fomentando la buena salud de nuestro cabello y relajando todos los músculos.