El duque de Noto, otro ‘nieto’ para el rey Juan Carlos
Están unidos por lazos de sangre, pero su relación va mucho más allá. Es una amistad que ha pasado de generación en generación
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No son ‘abuelo’ y ‘nieto’, pero están unidos por lazos de sangre. Aunque bien es cierto que el vínculo que mantienen el duque de Noto y el rey Juan Carlos va mucho más allá de su parentesco y de sus raíces -ambos son descendientes del rey Alfonso XII-. La suya es una relación estrecha, que se ha mantenido de generación en generación. Del infante don Carlos, abuelo de Jaime de Borbón-Dos Sicilias -quien era más que un primo para don Juan Carlos- a su hijo, Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans, duque de Calabria -el rey Felipe VI es padrino de su hija María-, y, ahora es su nieto quien continúa la tradición.
No hay mayor prueba que la imagen que publicó ¡HOLA! hace unos días, en la que se veía a los duques de Noto junto a Su Majestad, asistiendo a la Misa de Resurrección en la Abrahamic Family House, en Abu Dabi.
Don Jaime y su mujer, Charlotte Lindesay-Bethune, viven en Londres, y tras protagonizar una boda de cuento el 25 de septiembre de 2021 en la catedral de Monreale, en Palermo, fueron padres de su primer hijo, una niña, Francesca Sofía, el pasado mes de octubre.
Con ellos sigue la historia de una amistad que liga a los Reyes de España con los príncipes de las Dos Sicilias.
El infante don Carlos, confidente y amigo fiel de don Juan Carlos
Don Juan Carlos y don Carlos llegaron al mundo casi al mismo tiempo -el primero, el 5 de enero de 1938; el segundo once días más tarde-. Ambos lejos de España -el Rey, en Roma, y el Infante, en Suiza-. Eran primos -el padre de don Carlos era el infante Alfonso de Borbón-Dos Sicilias, y hermano de la condesa de Barcelona, madre de don Juan Carlos-, leales amigos y casi hermanos.
Sus caminos se encontraron en el colegio de Las Jarillas, donde se convirtieron en compañeros de juegos inseparables. Allí se forjó una amistad que duraría hasta el final, hasta la muerte de don Carlos en octubre de 2015.
Su Majestad confirió siempre a Carlos de Borbón-Dos Sicilias honores reales, y se preocupó de otorgarle el mismo lugar especial que ocupaba en su corazón en la monarquía española: como miembro de la entonces Familia del Rey en todos y cada uno de los actos familiares como único Infante de España -en 1994-. Recibió, también, la más alta distinción de la Corona Española, el Toisón de Oro, en 1964 -que el rey Felipe impuso a su heredera, la princesa Leonor, el pasado 2018-, y fue enterrado, por expreso deseo del soberano, en el panteón de Infantes del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial -a su funeral, asistieron tanto los reyes Felipe y Letizia como don Juan Carlos y doña Sofía-.
Hubo un tiempo que el príncipe de las Dos Sicilias ocupó el primer puesto en la línea de sucesión de la Corona española -después de que las infantas Pilar y Margarita habían renunciado a sus derechos de sucesión para casarse con personas que no pertenecían a la Familia Real-, hasta que en 1978, la Constitución acotó la sucesión al trono a los descendientes directos de don Juan Carlos.
“Era un ejemplo de saber estar. Siempre supo cuál era su lugar y cómo actuar. Nunca pretendió ser ni más ni menos de lo que era. Le tengo presente cada día de mi vida”, diría el duque de Noto de su abuelo en una entrevista concedida a la revista Vanity Fair. Porque esa ha sido siempre la tónica de la familia Borbón-Dos Sicilias, saber estar en un discreto segundo plano, al lado de la Corona.
Pedro de Borbón-Dos Sicilias, duque de Calabria, un primo para el rey Felipe VI
También el hijo de don Carlos, don Pedro de Borbón-Dos Sicilias, quien le sucedió, a su muerte, como duque de Calabria, ha seguido manteniendo y cultivando esta estrecha relación que une a ambas familias. Casado con Sofía Landaluce y Melgarejo -bisnieta del V duque de San Fernando de Quiroga-, don Pedro, padre del duque de Noto, escogió al rey Felipe VI como padrino de bautismo de la menor de sus hijas, María; y ha estado presente en importantes actos de la Corona -al igual que sus padres, don Felipe y don Pedro son de la misma edad, tienen 56 años-.
Otra hija del recordado Infante, Cristina de Borbón-Dos Sicilias, es muy próxima a la Familia Real. Su marido, Pedro López-Quesada, pertenece al círculo más íntimo del rey Felipe, y es amiga de la infanta Cristina -en los últimos tiempos se la ha visto con doña Cristina animando a Pablo Urdangarin en alguno de sus partidos-. Además, el próximo mes de septiembre, su hija, Victoria López-Quesadadará el ‘sí, quiero’ a Enrique Moreno de la Cova, y difícilmente don Juan Carlos se perderá la boda de la nieta de su querido primo Carlos de Borbón Dos-Sicilias.
El Rey no pudo asistir, sin embargo, al enlace de Jaime de Borbón-Dos Sicilias, sucesor del duque de Calabria al frente de la Casa de Borbón Dos-Sicilias, pero está claro que ha encontrado en él a otro ‘nieto’ más.
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