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El mundo del espectáculo sigue llorando la muerte de Concha Velasco, que perdía la vida este sábado a los 84 años.Tras la capilla ardiente celebrada en el Teatro La Latina de Madrid, este domingo sus restos mortales han sido trasladados a su ciudad natal, Valladolid, donde sus familiares, amigos y miles de paisanos le han dado el último adiós.
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Los actos empezaban a las 10 de la mañana en el Ayuntamiento de la localidad. Allí, en el Salón de Recepciones se colocaba un libro de condolencias para todos los ciudadanos que quisieran dejar un recuerdo para la familia de la artista. Posteriormente, a las 11.15 comenzaba el cortejo fúnebre que ha recorrido algunos de los puntos más emblemáticos de esta ciudad como el Hospital Militar, Paseo Zorrilla, San Ildefonso, San Pablo y Angustias. La última parada ha sido el Teatro Calderón donde se le ha rendido un homenaje a la artista, ya que el escenario era uno de los lugares donde más feliz se sentía. Una sonora y prolongada ovación y un grito de ¡Viva Concha Velasco! es lo que se ha podido escuchar cuando el coche fúnebre pasaba por delante del teatro.
Pasadas las doce del mediodía, se celebraba el funeral en la Catedral de Valladolid, una misa solemne y muy emotiva que ha sido oficiada por el arzobispo Luis Arguello. En los alrededores se han colocado varias pantallas gigantes para todo aquel que se quedase fuera dada la gran afluencia de personas que han acudido a despedir a su paisana más ilustre.
En las primeras filas se encontraban sentados los hijos de la actriz: Manuel y Paco. Los dos eran el mayor orgullo de la artista y también han sido su refugio y apoyo incondicional en los últimos años de su vida. Junto a ellos también estaban el hermano de la artista (Manolo), su sobrina Manuela y su nieto Samuel (15), fruto de la relación de su hijo Paco con Cecilia Cruz. El joven confesaba este sábado en la capilla ardiente que su abuela "era la mejor y que siempre la recordará con mucho amor".
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Uno de los momentos más emotivos de la ceremonia se ha producido cuando Manuel, su hijo mayor, se ha subido al altar para dedicar unas cariñosas palabras a su madre. “Es una vallisoletana más, pero una de las más queridas. Son días extraños, tristes. La única pena es que nuestra madre no pueda estar viendo esta muestra de cariño y de auténtica devoción. Sabemos que desde el cielo está viendo este reconocimiento. Muchas gracias a Valladolid y a España entera”. Durante la misa, se ha podido ver como Manuel y Paco compartían confidencias y se arropaban el uno al otro ante el dolor. Quién también ha hablado con los compañeros de Europa Press a la salida de la iglesia ha sido el hermano de la artista, Manolo, que a pesar de la tristeza estaba feliz con la respuesta de su ciudad natal: “Es muy triste, pero el pueblo de Valladolid ha tratado a mi hermana estupendamente y no podemos estar más agradecidos. Me hubiera gustado que lo hubiera visto".
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Durante la ceremonia un grupo de violines ha interpretado varias piezas de Batch. La última partitura ha sido La chica yeyé, un precioso guiño a la carrera de Concha Velasco. En ese momento, todos los allí asistentes han esbozado una sonrisa a pesar del gran dolor que están viviendo.
Tras salir de la Catedral, el cortejo fúnebre ha retomado su recorrido pasando, entre otros sitios, por la Universidad, López Gomez, Plaza España, Isabel la Católica, Cardenal Torquemada, Santa Teresa y Madre de Dios. El cuerpo de la artista, por último, ha sido depositado en el panteón de los ilustres del cementerio del Carmen, un lugar donde también están enterrados el poeta José Zorrilla y el escritor Miguel Delibes.
Manuel y Paco, los hijos de Concha Velasco que han estado a su lado hasta el último momento
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