Carla Pereyra nos cuenta la verdad sobre sus vacaciones en el Caribe con Shakira

La modelo argentina llegó a la convocatoria con su sempiterna sonrisa y acompañada de su buena amiga Teresa Baca, en cuya boda, celebrada el pasado 25 de marzo en Sevilla, fue una de las invitadas más admiradas junto a su marido, el entrenador del Atléntico de Madrid, Diego Simeone. Carla llevaba un vestido dorado de Paco Rabanne que resaltaba su bronceado. “Me encanta Paco. Es que Paco es Paco (risas). Me lo compré el otro día en Capri. Me di un caprichito, por el día de la madre”, nos dijo.

©JAVIER ALONSO

—¿Has estado en Capri?

Sí, estuvimos el fin de semana con mi marido y mis hijas. Fuimos a celebrar que el hijo de Diego —Giovanni Simeone, el mayor de los tres hijos que el técnico argentino tuvo en su primer matrimonio— se ha proclamado campeón con el Nápoles. Somos una familia muy unida.

—No paras. Hace unos días has estado también en República Dominicana, se ha comentado que con Shakira, que pasó allí unas vacaciones antes de instalarse en Miami.

—Sí, es verdad que coincidí con ella. La conozco porque tenemos amigos en común. Y es una mujer espectacular, es una mujer empoderada, bonita, con un mensaje precioso, como el que lanzó el otro día.

—¿Te refieres a cuando le dieron el premio Mujer del Año de la revista Billboard?

—Sí, me encantó.

—Entonces, ¿estuvistéis juntas esos días?

—Bueno, sí. No, es amiga mía, pero nos conocemos. Sí que coincidimos. Tenemos muchos amigos en común, ella salió con Antonio de la Rúa, que es argentino y es muy amigo mío. Y entonces de la época de Antonio nos quedaron muchos amigos en común.

“Shakira y yo tenemos muchos amigos en común, ella salió con Antonio de la Rúa, que es argentino y es muy amigo mío”

—Después de todo lo que ha pasado, ¿cómo la viste?

No, de la vida privada de los demás no me gusta hablar.

—Hablemos entonces de la temática de esta fiesta: la primavera. ¿Qué significa para ti?

—La primavera es alegría, es disfrutar al sol, es volver a reencontrarnos con la Naturaleza. Para mí también es poder estar al aire libre con mis niñas. Me siento una privilegiada porque, sinceramente, Madrid tiene muy buen clima durante todo el año. La primavera es alegría y la disfrutamos mucho.

—Además, supongo que también es especial porque implica que termina la temporada de fútbol y os iréis de vacaciones.

—Sí, dentro de poco nos iremos de vacaciones. Aún no tengo ni idea de dónde ir porque intento que Diego desconecte totalmente, de su momento y de su rol. Entonces, siempre busco que pasemos diez días en un lugar donde no haya nada, donde solo haya que dormir, comer y tomar el sol.

—Os reuniréis también con los hijos mayores de Diego.

—Bueno, es que nos vemos constantemente. Lo que pasa es que las agendas son un poco complicadas y los niños ya no son niños, ya tienen novia y quieren hacer sus planes. Sé es verdad que una o dos veces al año nos juntamos todos, pero ahora nos encontraremos con uno, luego con otro, y así. Es lo que pasa con las familias grandes.

©Couche Studio, Olia Likhobitska @olialikhobitska

—Hace unos meses había rumores de que tu marido quizá se iba del Atleti. ¿Sabes cuáles son sus planes?

—Nosotros somos atléticos, toda la familia. Y la verdad es que nos encanta vivir en Madrid. Diego está contento con el equipo, están terminando la temporada bastante bien, están más cerca de los primeros puestos y de clasificarse para la Champions de la próxima temporada, que es a lo que el club también aspira. Y, sinceramente, si piensas en irte a otro equipo, quién te dice que vas a ganar un título, ¿no? Entonces, por qué no estar en casa, a gusto, donde nos quieren… Yo voy a luchar por seguir todo lo que podamos en Madrid, porque Madrid está tan bien ahora.

—La verdad es que sí.

—Sí, está maravilloso. Está lleno de restaurantes, de gente que viene… y a nosotros nos crece la afición. El amor por Diego va más allá de la camiseta, porque le saludan los del Barcelona, los del Madrid. Nosotros nos encontramos todos los días por la mañana con jugadores del Real Madrid en el cole de mis niñas y tenemos muy buena relación. Se ha generado ya un ambiente que excede el hecho de que sea entrenador del Atlético de Madrid, ya es un personaje del fútbol internacional. Le quieren y le respetan por eso.

—Cuándo él tiene partido, ¿tú qué sueles hacer? ¿Tienes algún rito o superstición para que gane?

—Yo aprendí, y llevamos casi diez años juntos, que por más que haga rituales o encienda la vela a la misma hora del partido, al final no soy yo la que juega (risas). Entonces, lo que intento es que cuando él está en casa, todo fluya y todo esté bien y ordenado para que él pueda hacer su trabajo. Es el papel que me ha tocado como su compañera que soy. Cuando no está él, lo que hago es trabajar todo lo que puedo y cuando está, tengo una tarde libre con él y con las niñas.

—¿Habláis de fútbol entre vosotros?

¡Todo el día! Yo lo disfruto mucho también y lo acompaño. Somos una gran pareja. Nos llevamos muy bien. Ahora va a pasar a buscarme para llevarme a cenar. Somos muy románticos.

—¿Celebráis algo?

No, pero estamos muy unidos y hemos quedado así: voy un rato a la fiesta, veo a mis amigas y luego me voy con él. No me parece que haya un plan mejor que quedar con mi marido.

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—Dicen que Diego es muy tímido. ¿Es así?

—No es tímido, lo que pasa es que es muy respetuoso, sobre todo si no tiene confianza con otras personas. También creo que en la vida llega un momento en el que a medida que vas creciendo tu círculo de amigos más cercanos se achica. Y ya no te apetece hablar con todo el mundo, quieres hablar con tu gente. El que lo conoce, sabe que Diego es súper divertido, muy “amiguero”, le gusta compartir, es muy buena persona… es muy fácil convivir con él y ser amigo de él.

—Has dicho que vais a cumplir diez años juntos.

—Sí, bueno, llevamos nueve años y medio, pero ya te adelanto que voy a hacer una fiesta cuando hagamos los diez años. Los cumplimos en enero, pero prefiero que sea en verano, así que en junio o julio del año que viene voy a armar un fiestón, para todos los amigos. Va a ser como mi boda en la Toscana, pero en otro sitio.

—¿Dónde?

—No sé, todavía lo tengo que ver y hasta que no lo vea, no lo quiero decir. Pero sí, hay que celebrar el amor.

—Ese verano se cumplirán, además cinco años de vuestra boda, así que, todo redondo, ¿no?

Sí, por eso quiero organizarlo bien, que sea un fiestón, invitar a todos nuestros amigos, que sean tres o cuatro días… tengo mucho trabajo por delante.

—¿Cuál es tu deseo para esta temporada que arrancamos?

Quiero que el equipo acabe bien arriba, porque Diego se lo merece. También quiero que el verano sea tranquilo y que sea inolvidable, que esté lleno de momentos con amigos, de risas, de momentos en la playa, con las niñas. Nosotros lo pasamos muy bien con las niñas. Ahora cuando hemos estado en Capri lo hemos pasado fenomenal y, la verdad, yo no quiero mucho más. Yo quiero que las cosas sigan como están.

—¿Tener otro hijo, quizás?

—Nooo, yo ya estoy. Yo hubiese tenido uno más y Diego me dijo que sí, que sin ningún problema, pero, al final, no. ¿Sabes por qué? Porque a nosotros nos gusta disfrutar mucho los dos juntos y pensar en tener otro bebé, no. Ya no.