Alberto San Juan, su protagonista

Los hitos de Balenciaga que no debería olvidar la serie que prepara Disney+

Es la primera vez que una plataforma aborda el biopic de un diseñador español, en este caso una de las leyendas de la moda

Por David Navarro

La vida del diseñador de Guetaria está ya siendo desmenuzada por el equipo de Disney+ para dar a luz una nueva serie de 6 capítulos. Mucho hemos sabido en la gran y pequeña pantalla sobre Chanel o Gucci, pero hasta ahora la ficción no se había detenido a retratar un biopic de un diseñador español. Con este proyecto la vida de Cristóbal Balenciaga será más conocida por el gran público, rindiendo homenaje a la moda española con dimensión internacional.

El actor elegido para representar lo es Alberto San Juan, tanto por su parecido físico como por la energía que transmitió cuando hizo la prueba para el papel. El ganador de dos premios Goya (por Bajo las estrellas en 2008 y Sentimental en 2021) será la piel del protagonista, pero a los mandos habrá un excepcional equipo de tres cineastas vascos ampliamente galardonados: Aitor Arregui, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga, que acumulan juntos 13 Premios Goya por películas como Loreak, La trinchera infinita y Handia, entre otras.

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Todo artista necesita un mecenas

Cuando hablamos de hombres hechos a sí mismos deberíamos rescatar el ejemplo de este diseñador guipuzcuano. Su padre era pescador y su madre modista. Cristóbal se crió en un ambiente humilde, pero pronto quedó hechizado por el influjo de la moda: iniciado por observar cómo su madre cosía, se familiariza con los tejidos, los procesos y los encargos, y quiso ser modisto. Empezó a diseñar desde muy joven, hasta que un suceso le cambiaría la vida.

Cuando Balenciaga solo tenía 13 años, la marquesa de Casa Torres (quien en el futuro sería la abuela de Fabiola de Bélgica) le dio su primera oportunidad al ver como él joven se afanaba en aprender el oficio de modisto. Le entregó tela y uno de sus vestidos, y le retó a replicar ese diseño, es decir: patronar una copia exacta de ese diseño exclusivo, además de cortarlo y tejerlo como si fuera el original. 

Estamos hablando de 1908, año en el que Cristóbal consiguió ese primer logro, y desde ese momento la marquesa se convirtió en su mecenas y promotora más apasionada, la marquesa fue el enlace que Balenciaga necesitaba con la alta sociedad, sólo así podría diseñar moda y aspirar a lo más alto.

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Primeros pasos en San Sebastián

Un artista no es nada sin una cara empresarial, y en el mundo de la moda tan importante es la creatividad como saber aprovechar las oportunidades. A principios del siglo XX San Sebastián era un núcleo de la alta sociedad española, donde había importantes casas de moda, muchas de ellas delegaciones de firmas francesas.

Lo más común había sido que el joven Balenciaga hubiera accedido a uno de los puestos de modisto de las reputadas casas de moda ya existentes, sin embargo él pretendía disponer de la máxima independencia para que su trabajo creativo no estuviera dirigido por otros, pero además, también quería que su nombre y su firma fueran claros y contundentes, no le servía diseñar para otras firmas, quería fundar la suya propia.

Cristóbal abre su primera tienda en 1917, con mucho ahínco y determinación, y la ayuda de su hermana Agustina. Con mucho esfuerzo logra mantenerse en el mercado, pero percibe que necesita abrirse a un público más general, y con un poder adquisitivo algo menor, así que decide fundar otra marca secundaria con el nombre de Eisa, en homenaje a su madre, de apellido Eizaguirre. Todo va bien, pero en 1936 irrumpe en España la Guerra Civil, y tras los primeros bombardeos sobre San Sebastián decide salir rumbo a París, la meca de la moda, de la mano de quien será su socio, Nicolás Bizcarrondo.

Los años 40 de Chanel, Dior y Balenciaga

Una vez en Francia, el éxito de Balenciaga creció de forma exponencial. Se estableció en la Avenida George V de París, y su trabajo no cesó de sorprender a la alta sociedad parisina. Mientras, en España, su hermano se dedicó a gestionar el negocio de las firmas que dejó establecidas. 

Ya en los años 40 se midió con Chanel, ambos tenían un estilo similar pero simétrico. Mientras que Chanel jugaba con el volumen en el busto, Balenciaga se apoyó en volúmenes desde la cintur. Posteriormente Dior se sumó a la contienda: volumen en los hombros.

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