Rafael Amargo ha vivido unas semanas complicadas y envueltas en la polémica tras su detención el pasado mes de diciembre. Días en los que, a pesar de todo, se ha mostrado absolutamente involucrado en Yerma, su último proyecto profesional en el que, tras mucha expectación, también ha participado Blanca Romero y con el que está conquistando el escenario del madrileño teatro La Latina. En lo personal, el bailaor celebró su 46 cumpleaños el pasado 3 de enero y lo hizo sobre las tablas con una compañía tan especial como la de sus padres, con los que al parecer llevaba un tiempo distanciado y quienes decidieron dar al artista la mayor de las sorpresas. Un encuentro lleno de emoción y de ternura con el que han dejado claro que si ha habido cualquier rencilla entre ellos ya es agua pasada y que terminó con el padre del artista bailando de alegría.
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Todo apunta a que, desde hace algún tiempo, entre Rafael Amargo y su padre había ciertas tensiones surgidas a raíz de los problemas judiciales del bailarín, algo que él nunca había confirmado de forma clara, aunque sí lo habían hecho fuentes cercanas a la familia. Sin embargo, de manera totalmente inesperada, los padres del artista consiguieron terminar con cualquier tipo de rumor sobre su mala relación acudiendo al espectáculo de su hijo haciéndole soplar las velas sobre el escenario.
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Así, en compañía de todo el equipo de Yerma, Rafael Amargo no daba crédito a la inesperada visita y, con los ojos vidriosos por la emoción, no dudó en agradecer públicamente a sus progenitores todos los esfuerzos que han hecho por él y por su carrera artística. Una sorpresa de cumpleaños en la que, tras varios abrazos y dos tartas con sus respectivas velas, no faltó el baile. Fue Florentino, el padre de Amargo, quien entre las palmas del cuerpo de baile no dudó en arrancarse con unos pasos ante un público que estaba siendo testigo de un momento de gran felicidad para el bailaor.
Fue el propio Rafael Amargo quien al salir de la función explicó qué había ocurrido entre ellos, exponiendo también que no siempre había estado de acuerdo con la manera en la que se les había retratado en los medios: "He hecho las paces. Ellos son muy correctos, entonces cualquier cosa me la miden mucho, en el buen sentido de la palabra, pero ya tengo 46 años", decía el bailaor dejando claro que cuenta con el total apoyo de su familia en estos momentos agridulces de su vida. Por su parte, la madre del artista afirmó que ella nunca había estado enfadada con su hijo.
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