Rafael Amargo cumple con sus obligaciones legales: acude a firmar a los juzgados

Fue detenido el pasado 1 de diciembre y puesto en libertad por decisión de la juez dos días después

Por hola.com

Dos semanas después de que la juez decidiera ponerle en libertad -con cargos, eso sí-, Rafael Amargo ha acudido a los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, para cumplir con sus obligaciones legales. Este martes 15 de diciembre se dejaba ver a su llegada con un poncho de estampado geométrico naranja con capucha, pantalones vaqueros oscuros y zapatillas deportivas. Accedía al edificio junto a su pareja, Luciana Bongianino, quien también fue detenida junto al bailarín y a otras dos personas más a principios del mes de diciembre.

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Amargo tiene la obligación de comparecer todas las semanas en los juzgados, donde estampa su firma en las dependencias judiciales a fin de cumplir con los trámites legales pertinentes. Esto es así porque su libertad, la que decidió la juez que lleva su caso, es provisional. En este sentido, el coreógrafo aprovechaba para dejar claro con los medios de comunicación que le esperaban que está cumpliendo "con lo que dice la Justicia. Después empezaré yo a pedir que cumplan las cosas (...). Si no fuese inocente, no estaría en la calle", concluía rotundo.

El bailarín siempre ha defendido su inocencia. Lo hizo también nada más salir de los juzgados dos días después de su detención. "No me voy a quedar callado", comentaba entonces, visiblemente emocionado, antes de comentar acompañado de su abogado, Cándido Conde Pumpido Jr., que los policías que le acompañaron durante esas 48 horas se portaron "muy bien" con él.

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Rafael Amargo fue detenido hace exactamente quince días por presunta pertenencia a grupo criminal. Fue trasladado a una comisaría del distrito centro de Madrid en el marco de una operación de la Policía Nacional durante la cual las autoridades realizaron una serie de registros en varios domicilios de la capital, uno de ellos en el piso del artista. Los otros tres detenidos eran Luciana Bongianino, un amigo íntimo del bailarín y el productor de su obra, Eduardo Santos.