¿Y si el vestido de Meghan Markle lo hubiera llevado la infanta Cristina en 1997?

Sucedió en Barcelona hace más de 20 años: la infanta Cristina de Borbón se casaba con un diseño de novia idéntico al de la Duquesa de Sussex

by hola.com

La gran incógnita de la boda del año se ha resuelto, tras meses de especulaciones, cuando Meghan Markle ha subido la escalinata de la Capilla St George: el vestido elegido para su enlace con el príncipe Harry era un diseño sencillo y femenino de la británica Clare Waight Keller, directora creativa de Givenchy. Confeccionado en cadi de seda, un tejido que aporta cierta rigidez, y acompañado de un espectacular velo de tul de seda bordado con flores de los 53 países de la Commonwealth, el sobrio vestido de novia de Meghan Markle tenía dos protagonistas: el escote barco, un corte que ya había lucido en ocasiones anteriores, y la cola, prolongada con el velo. Pero ha sido una vez celebrado el enlace, al salir de la capilla los novios ya convertidos en Duques de Sussex, cuando se ha tenido una imagen global del look de Meghan Markle y se ha recuperado en el recuerdo de los españoles otra boda real, una celebrada hace casi 21 años y a más de 1.500 kilómetros del Castillo de Windsor.

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Sucedió en la catedral de Barcelona, el 4 de octubre de 1997. La infanta Cristina de Borbón se casaba con Iñaki Urdangarín y había elegido al diseñador madrileño Lorenzo Caprile para crear su vestido blanco. Este, que se declara "eternamente agradecido" por esta oportunidad, apostó por un diseño de líneas sencillas, elaborado en seda, con escote barco y una larga cola. Diseñador e Infanta completaron el vestido con un largo velo bordado con flores. El detalle más exclusivo lo puso una tiara floral de la casa francesa Mellerio de diamantes y platino, una joya que el Gobierno regaló a la reina doña Sofía en su boda, en 1962, y que esta le prestó a su hija para el enlace.

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Salvando la distancia física y temporal entre ambas bodas, y eludiendo detalles como que la tiara de Meghan Markle no perteneció a su madre, sino a la reina Mary, los parecidos entre los dos estilismos de novia, desde los joyas hasta la silueta del traje, son inneglables. ¿Será una mera coincidencia o la prueba de que estas elecciones de novia -vestido sencillo, velo largo y joyas de diamantes- son eternas y válidas en cualquier época y lugar?

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