CLAUSTRO DE LA CATEDRAL DE BURGOS
Hace ya 800 años que se puso la primera piedra de la catedral de Burgos, uno de esos grandiosos edificios que, como obra cumbre del arte gótico europeo y Patrimonio de la Humanidad, hay que visitar al menos una vez en la vida. Esculpida con la delicadeza de los orfebres, son innumerables sus tesoros: la capilla de los Condestables de Castilla, la tumba del Cid, el célebre Papamoscas… y el bellísimo claustro gótico, el alto y el bajo. El primero, con bóvedas ojivales, grandes ventanales de arcos apuntados y tracerías, arquerías y capiteles con una preciosa ornamentación y sepulcros de gran valor histórico; el bajo, que durante siglos fue cementerio, ahora acoge un centro de interpretación de la construcción de la catedral.
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