Aunque su alma es monegasca, Paulina Ducruet ya es toda una neoyorquina, "embajadora" eso sí del Principado. Así que este año, la hija de la princesa Estefanía de Mónaco ha soplado las 22 velas de su tarta en la Gran Manzana, rodeada de su nueva pandilla y en uno de los lugares míticos de "la ciudad que nunca duerme".
No faltaron ni tarta, ni la clásica tarjeta de felicitación, ni los cócteles, ni las velas y es que aunque se encuentra lejos de casa, Paulina -que presumió de escote con una blusa de transparencias negras, un collar choker y unas botas mosqueteras- estuvo rodeado de un gran grupo de amigos, algunos de ellos, igual que la sobrina de Alberto de Mónaco, estudiantes de la prestigiosa escuela de diseño Parsons.
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La velada tuvo lugar en La Esquina, uno de esos lugares que desde hace años está de moda en el barrio del Soho, un restaurante mexicano en el tras la cena se puede pasar a una fiesta aderezada a base de margaritas y tequilas. Las mesas juntas hacen que allí coincidan turistas, vecinos del “al sur de la calle Houston” –lo que dio nombre al barrio gracias a la contracción de SOuth HOuston Street- y una “princesa” de la vieja Europa, nieta de una mito de Hollywood, Grace Kelly.
Tal y como se puede ver en las redes sociales, la fiesta de Paulina y su pandilla neoyorquina –unidos por su inquietud por el mundo de la moda- continuó unos pasos más abajo por la calle Broadway, en otro de los barrios más “in” de Manhattan, Tribeca. Con el río Hudson de fondo, una chica del grupo mostró cómo estaban pasándoselo en grande bajo un cielo neoyorquino que “amenazaba” con amanecer.
En las imágenes que se han colado en redes sociales no hay rastro de su chico Maxime Giaccardi, que últimamente parece haber instalado su “campamento base” en Los Ángeles. Sin embargo, no se olvidó de felicitar a su chica a través de las redes sociales, compartiendo una imagen de un fuerte abrazo entre ellos que tuvo lugar durante el pasado festival de Coachella, al que acudieron junto a un grupo de amigos. "Feliz cumpleaños mi amor", escribía el en un mensaje repleto de corazones. A lo que Paulina respondía con un largo "Amoooour!".
Maxime Giaccardi comenzó a aparecer en la vida virtual de Paulina Ducruet a finales del año 2013, como uno más dentro del grupo de amistades que tenía la hija de la Princesa en Mónaco. Cuando ella se mudó a Nueva York para formarse como diseñadora, su chico también dio un pequeño salto y ahora se mueve entre el Principado, Los Ángeles y Nueva York, en donde se han dejado ver en numerosas ocasiones de cena romántica, compartiendo un brunch o como una pareja de enamorados en Central Park.
