Desde que el pasado domingo 29 de enero iniciaran su gira oficial por el Caribe holandés, que tendrá una duración de dos semanas, la princesa Amalia, Guillermo y Máxima de Países Bajos se han dejado ver en paradisíacos entornos como Bonaire, Saba y Curaçao, donde han asistido a diferentes actos, han participado en la suelta de varias tortugas protegidas en una playa, han celebrado su 21 aniversario de boda dejando un candado con forma de corazón en un monumento e incluso han movido las caderas al ritmo caribeño. Ahora la familia real ha aterrizado en San Martín, donde los tres han protagonizado una emocionante llegada y han hecho varias visitas, de las que ha sobresalido su encuentro con los servicios de emergencia y primeros auxilios del Centro Médico SXM.
Los reyes Guillermo y Máxima celebran su aniversario de boda con la tradición más universal
En esta octava jornada del primer viaje oficial de la primogénita y heredera al trono desde que alcanzó la mayoría de edad los monarcas y Amalia han sido recibidos con entusiasmo nada más han bajado del avión que les ha llevado al Aeropuerto Internacional Princesa Juliana, ubicado junto a la orilla de la laguna de Simpson Bay.
Esta base aérea es muy peculiar, pues se encuentra tan próxima a la playa de Maho que los aviones casi rozan las aguas del mar cuando maniobran para su última aproximación en la pista de aterrizaje, pasando muy cerca de los bañistas y dejando estampas tan sorprendentes como esta. Se trata de un lugar de gran interés turístico, hasta el punto de que los negocios de hostelería de la zona anuncian los horarios de salidas y llegadas de las aeronaves para quienes van en busca de este singular atractivo.
Durante la visita de este lunes la princesa de Orange y sus padres han acudido al Centro Médico SXM, ubicado en Philipsburg, la capital, y han podido ver de cerca el trabajo de los bomberos de Cay Hill, en cuya estación también han estado. También han disfrutado de un almuerzo institucional con el que han cogido fuerzas antes de deleitarse con los murales artísticos que hay en la localidad, que reciben el nombre de Color Me, un proyecto que tiene como objetivo agregar color a la isla, promover su arte, dar voz a los artistas locales y alentar a los residentes y visitantes a explorar y compartir la belleza de lugar.
Para la ocasión, los tres protagonistas han elegido un traje, cada uno en una versión diferente. Mientras la joven, de 19 años, ha optado por un conjunto de pantalón y chaqueta de botones en color mostaza, tejido de lino y estilo desenfadado que ha combinado con una camisa estampada y un bolso de rafia y yute, su madre ha escogido una opción más formal en tono crudo y más entallado. En su caso, los zapatos de tacón de vinilo con trasparencias y la diadema de flores en la misma línea del outfit han marcado el toque de elegancia y sofisticación que acostumbra a tener en los eventos oficiales.
Por su parte, el rey Guillermo ha elegido para su primer día en el país, que mide algo más de 14 kilómetros de largo y tiene una anchura máxima de 13,3 kilómetros, un traje clásico que ha combinado con corbata en color naranja. Durante estas primeras horas han dejado algunas imágenes para el recuerdo, como su presencia en los servicios de emergencia y primeros auxilios del mencionado hospital, cuyo papel ha sido fundamental tras la devastación que generó el huracán Irma en septiembre de 2017. Con una importante función regional, el centro también atiende a muchos pacientes de San Eustaquio y Saba.
Las imágenes más espectaculares de la princesa Amalia volando en un F16 y visitando un submarino
Allí han charlado con diferentes trabajadores, voluntarios y pacientes que vivieron de cerca cómo el 85% de las casas quedaron destruidas o dañadas y la flota de barcos de la isla se vio afectada prácticamente por completo tras el ciclón, el más potente registrado en el Atlántico Norte, clasificado en la categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson. Con guantes, completamente involucrada y siguiendo las indicaciones de los empleados, Amalia ha asistido a un paciente con una dolencia en el pie y Máxima se ha puesto la mascarilla para mantener, con precaución, una conversación con una mujer hospitalizada que era incapaz de ocultar la ilusión del instante a través de sus ojos.
La jornada también ha dejado instantaneas de los reyes neerlandeses y su hija, que, salvo su presencia en la celebración del cumpleaños de la princesa Ingrid Alexandra de Noruega en Oslo en junio del pasado año, no había brindado representación en el extranjero hasta este periplo, en la Estación de Bomberos Cay Hill, donde han observado la gran labor que realizan sus profesionales.
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La pareja real y su hija se desplazarán a San Eustaquio este miércoles, trayecto que precederá a su visita a Saba, que tendrá lugar el jueves, desde donde pondrán el broche de oro a estas dos semanas de viaje. Todas estas experiencias quedarán inmortalizadas en un documental que se titulará Amalia y el Caribe holandés, que se emitirá en la televisión pública holandesa (NOS) el próximo 10 de febrero.
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