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No era la primera vez que la princesa Irene acompañaba a la reina Sofía a un acto oficial, ni era la primera Semana Santa que iba a pasar en Mallorca, ni siquiera era el primer concierto a beneficio de la organización de la lucha contra la drogadicción Projecte Home Balears al que acudía junto a su hermana en la catedral de Palma, pero era la primera vez que lo hacía como española. Una española de hecho, después de haber residido largas temporadas en el país durante las últimas cinco décadas, y también de derecho, tras obtener la nacionalidad española del Consejo de Ministros en la modalidad de carta de naturaleza. Así que sí, por primera vez en mucho tiempo Irene de Grecia salió de entre las sombras y acaparó todos los focos, que habitualmente persiguen a la reina Sofía en la tradicional cita, en su primera aparición después de que se le haya concedido la ciudadanía por su especial vinculación con la Familia Real española.
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La reina Sofía, acompañada de la princesa Irene, y la princesa Irene, acompañada de la reina Sofía, inauguraban este lunes como siempre y como nunca sus vacaciones de Semana Santa en Mallorca en el recital benéfico, que celebra anualmente la entidad en la catedral, conocida en mallorquín como la Seu. A su llegada al templo, las esperaban la Presidenta del Govern, Francina Armengol; el Presidente de las tres fundaciones de Projecte Home Balears, Tomeu Català; la Delegada del Gobierno, Maria Salom; el Alcalde de Palma, Antoni Noguera, el rector de la UIB, Llorenç Huguet, y el presidente ejecutivo de Projecte Home Balears, Jesús Mullor, entre otros. La reina Sofía ha saludado a las autoridades que le han dado la bienvenida y la princesa Irene ha recibido a su vez la enhorabuena por su nueva condición de ciudadana.
Un total de mil personas aguardaban en el interior de la resplandeciente catedral gótica a la reina Sofía, que asistiría al recital organizado por el Rotary Club Palma Ramon Llul desde la primera fila, y a su inseparable acompañante en estos actos oficiales culturales y solidarios, la princesa Irene, unas butacas más a su izquierda, que por primera vez no atendería con alma de concertista a la Orquesta Sinfónica de Baleares, dirigida por Pablo Mielgo, y a la Coral Universidad de las Islas Baleares, dirigida por Joan Company, así como a las varias voces solistas que han interpretado el Rèquiem de Verdi, sino con alma española. El concierto, compuesto de siete movimientos de diferente duración (Requiem y Kyrie, Dies Irae, Domine Jesu, Sanctus, Agnus Dei, Lux Aeterna y Libera Me), contó con la participación de la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrero, la soprano María Ruiz, el tenor Dario di Vietri y el bajo Simón Orfila como primeras voces. Pero por primera vez en mucho tiempo la solista indiscutible fue la princesa Irene.
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