El dibujo es una de las actividades que más suelen gustar a los niños desde que son muy pequeños y eso es fantástico, puesto que, además de entretenerlos, les ofrece importantes beneficios. Por un lado, le ayuda a entrenar la motricidad fina y a perfeccionar el trazo, lo que va unido a la coordinación óculo manual. El dibujo potencia su imaginación y su creatividad e incluso les ayuda a expresar sus emociones y sus sentimientos, lo que hace que repercute en el desarrollo de su inteligencia emocional. A todo ello hay que sumar que favorece enormemente la concentración y la atención, pero si hay un beneficio que destacar de que a los niños les guste dibujar es que les proporciona satisfacción y les ayuda a fortalecer su autoestima. ¿Cómo no intentar entonces que aprendan a dibujar desde edades tempranas? Te decimos cómo enseñarles (sin que tú tengas que ser un o una gran dibujante) en función de su etapa evolutiva: