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Aprendizaje

Así puedes ayudar a tu hijo a mejorar su comprensión lectora

Los padres juegan un papel fundamental en el interés de los niños por la lectura y hay ciertas estrategias que pueden seguir para afianzar su comprensión lectora, cuyo nivel ha descendido enormemente en los alumnos españoles, según el último informe PIRLS

El hecho de que los niños españoles hayan experimentado un importante retroceso en comprensión lectora, tal y como constata el último informe PIRLS (Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora), es muy significativo. Aunque el descenso de siete puntos lo achacan los expertos al cierre de los colegios a causa de la pandemia, es más que necesario prestar atención a los resultados del informe, puesto que “la comprensión lectora es un pilar básico en el aprendizaje en todas las áreas curriculares de la educación primaria y secundaria, no solo en las asignaturas relacionadas con lingüística”, subraya Javier Arroyo, CEO y Co-fundador del método online de aprendizaje Smartick. Evidentemente, si no entienden bien lo que leen, tendrán más dificultades para comprender los enunciados de problemas matemáticos o las preguntas de un examen de ciencias, por ejemplo.

¿Qué es la comprensión lectora?

Los niños que han formado parte del estudio son de 4º de Primaria y tienen entre 9 y 10 años, por lo que se presupone en todos ellos que saben leer adecuadamente. Por eso, para poder ayudar a nuestro hijo a mejorar su comprensión lectora, hay que partir de qué es exactamente: “Dominar la lectura significa desarrollar una serie de estrategias que se van perfeccionando a lo largo del tiempo hasta que se consigue leer con fluidez y comprensión”. Estas estrategias son, según Arroyo, las siguientes:

1º Leer con precisión. Para lograrlo, el primer paso es “aprender a leer con precisión (sin errores)”; es el proceso de la lectoescritura, que comienza con el reconocimiento de las letras y su posterior asociación a sonidos y finaliza en la lectura correcta y precisa de textos.

2º Leer con rapidez. Una vez logrado ese gran hito en el desarrollo de todo niño, el siguiente paso es aprender a “leer de forma rápida (sin titubeos)” y esto incluye “la entonación adecuada”, la cual facilitará mucho más el siguiente paso, el de la comprensión lectora propiamente dicho.

3º Comprender lo que se lee. Una vez que nuestro hijo sabe leer y que sabe leer rápido, debe comprender verdaderamente lo que está leyendo. Es, por tanto, mucho más que una habilidad, puesto que debe poner en marcha el razonamiento. “Aprender a leer bien es, sin duda, la tarea más importante que tienen que llevar a cabo los niños en la etapa escolar y puede resultar más fácil o difícil en función del método elegido”, indica Arroyo. “En esta tarea, los padres juegan un papel fundamental”.

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Cómo ayudar a tu hijo a mejorar su comprensión lectora

Si bien es cierto que la mayoría de niños aprenden a leer en el colegio, el papel de los padres es clave en aspectos que van más allá de lo puramente académico y que influyen en la predisposición que su hijo muestre hacia la lectura:

1º Motivación. “Motivar a los niños para que desarrollen una visión positiva hacia la lectura”. La pregunta sería ahora: ¿cómo? A menudo escuchamos que si queremos que nuestros hijos lean, tenemos que leer delante de ellos. Sí, es posible que así sea, pero no siempre es viable, especialmente cuando los niños son muy pequeños y muy demandantes. Tenerte sentada o sentado en el sofá concentrado en tu propio libro y con tu hijo al lado no será una realidad en muchas casas hasta que el pequeño haya dejado la infancia y entrado en la niñez.

En las familias en las que sea posible por el temperamento del hijo, será una magnífica opción, pero sin duda lo que le servirá de auténtica motivación es compartir el ratito de la lectura con papá o mamá, entenderlo como un momento de conexión entre ambos. Y la manera más sencilla de conseguirlo es leyéndole cuentos a edades tempranas mientras el pequeño se apoya en el regazo del progenitor. Él lo verá como un momento de relajación y disfrute y, al mismo tiempo, estaremos abriendo el camino hacia el placer por la lectura.

2º Fomentar el hábito. Leer un cuento antes de que el niño se vaya a dormir es un hábito presente en muchas familias. A medida que nuestro hijo va creciendo, habrá que ir adaptando ese hábito, dando paso a que sea él o ella quien nos lea a nosotros. Lo ideal sería, además, dedicar un rato cada día (no solo en el momento previo a ir a dormir) a la lectura cuando ya aprenda a leer sus primeras frases. Cuanto antes instauremos esta otra rutina, más fácil será; tendrá interiorizado que llega ‘la hora de leer’, lo que le será de gran ayuda en sus primeros pasos como lector.

3º Facilitarles lecturas acordes a su edad e intereses. Esto es fundamental para mantener su atención. Hay que observar también su capacidad para leer determinados libros, más allá de la edad recomendada de cada uno de ellos y adaptar la lectura también a su capacidad de comprensión para no frustrarlo si le resulta difícil entender la historia, ni aburrirlo en caso de que le parezca demasiado sencilla.

4º Hacerles preguntas sobre el texto. No es necesario que sepan leer. Se puede ir fomentando la comprensión de la lectura preguntándoles acerca de la historia que les hemos leído nosotros. A medida que van aprendiendo a leer, lo recomendable es seguir haciéndoles preguntas e ir adaptándolas en dificultad en función del texto.

5º Pedirles opinión. Para una adecuada comprensión lectora, es fundamental fomentar también el pensamiento crítico. Una manera sencilla de hacerlo en lo que a lectura se refiere es incentivar a que opinen. Por ejemplo, si les parece que un personaje en cuestión ha obrado correctamente o no, preguntándole qué habría hecho él o ella en su lugar o intentando que lo relacione con alguna vivencia propia.

6º Las nuevas tecnologías. “La utilización de la Inteligencia Artificial en el aprendizaje incide claramente en la comprensión lectora”, asegura Javier Arroyo, en cuyo método de aprendizaje de lectura desempeña un papel protagonista la Inteligencia Artificial (IA). Esta va analizando “los datos objetivos de cómo se van comportando los niños” en cuanto a “velocidad de respuesta, si responden bien o mal” para así ir adaptando así el nivel a las necesidades de cada alumno. El objetivo es que trabajen “siempre en la frontera de su máximo nivel de competencia”.