Poliomielitis en España, ¿debemos preocuparnos?©Istock

Salud

La poliomielitis, ¿debe preocuparnos en España?

Los casos detectados en Nueva York e Israel, junto con la aparición del virus en aguas residuales de Reino Unido han puesto en alerta a la comunidad científica. Los expertos advierten que, lo fundamental, es la vacunación.

En el año 2022 se han detectado varios casos de poliomielitis en el mundo. Una enfermedad que se pensaba prácticamente erradicada, al menos, en España, pero que, según los últimos datos, parece seguir ofreciendo cierta resistencia. De hecho, como explican los expertos, este virus aprovecha cualquier resquicio para colarse entre nosotros y, si no existe vacunación, reaparecerá. Este año, son un total de veinte casos de polio por virus salvaje tipo 1 los detectados en el mundo (catorce de ellos en Pakistán, cinco en Mozambique y uno en Afganistán), lo que confirma la presencia del virus en el continente africano, después de cinco años sin la enfermedad. Pero si hablamos de polio por virus derivados de la vacuna tipo 2 (VPdv2) en aguas residuales con altos IDH, países como, Israel, Reino Unido o Estados Unidos se cuelan entre los que han presentado casos este año. Así, el pasado mes de septiembre, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, declaraba el Estado de emergencia al encontrarse residuos del virus de la poliomielitis en muestras tomadas en las aguas fecales de la ciudad y en cuatro condados circundantes. Es el primer caso constatado en el país desde 2013. Un dato que, con todo el bagaje que llevamos, nos preocupa.

Esta aparición de casos en Occidente, nos comenta el Dr. Francisco Álvarez, pediatra y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), “se debe a la brecha de vacunación que existe en ambos países, pero que en el nuestro, si se cumple con el calendario vacunacional, es más complicado un brote”. Con él hemos querido hablar para que nos hable de la situación actual, de si debemos o no preocuparnos y de lo que deberían estar haciendo ya las administraciones públicas.

¿Qué es la poliomielitis y cómo afecta a nuestra salud?

La poliomielitis (polio) es una enfermedad muy contagiosa causada por un virus que invade el sistema nervioso y puede causar una parálisis total en pocas horas. Se transmite de una a otra persona, generalmente por vía fecal-oral, a través de los alimentos contaminados o del agua contaminada. Su multiplicación se produce en el intestino de las personas.

Entre sus síntomas iniciales, encontramos:

  • Fiebre.
  • Cansancio.
  • Cefalea o dolor de cabeza.
  • Vómitos.
  • Rigidez en el cuello y dolor en las extremidades.

Sin embargo, según avanza, en una de cada 200 infecciones puede producir una parálisis irreversible, sobre todo, en las piernas, llegando a causar la muerte entre en un 5% y un 10% por la parálisis que se produce después de los músculos respiratorios. La comunidad más expuesta es la infantil, pues afecta en su gran mayoría a los niños menores de cinco años, “aunque puede contraerse por cualquier persona sin vacunar, tenga la edad que tenga”.

Existen un total de tres cepas de este virus, que son genéticamente muy bien diferenciadas, por lo que su tratamiento y erradicación se debe hacer de manera individual, aunque provoquen los mismos síntomas y tengan las mismas consecuencias. De hecho, ninguna de las cepas tiene cura, aunque se pueden prevenir con la vacuna antipoliomielítica, que nos confiere protección de por vida.

¿Por qué reaparece ahora?

Una de las preguntas que nos surge a la mayoría de los padres es precisamente por qué reaparece ahora, en este año. Porque, con la COVID-19, nos hemos dado cuenta que ni virus ni bacterias tienen fronteras. Sin embargo, no hay una sola causa, sino varias, es un aspecto multifactorial. En primer lugar, las fronteras cada vez están más diluidas (viajamos más) y las sociedades muy desarrolladas tienen altas tasas de inmunidad a las enfermedades por contar con las vacunas para combatirlas, pero, también, cuentan con focos con menos protección que favorece a que los virus se propaguen. Y, por otro lado, el cambio climático, que está provocando desastres naturales importantes, más los conflictos armados que generan miles de refugiados en todo el mundo, tampoco propician el medio más favorable para la no propagación de las enfermedades como la polio.

La situación actual fuera de nuestras fronteras, ¿debe preocuparnos?

El riesgo de importación de casos y eventual transmisión local de este virus es real, también en España, sobre todo, tras ver los casos detectados en Reino Unido y Estados Unidos. Por eso, son varios los países europeos que ya se encuentran en un nivel de riesgo intermedio de reintroducción de la polio (en gran medida, por el desplazamiento de millones de personas desde Ucrania, con coberturas vacunales deficientes). De hecho, es el propio CAV-AEP quien llama la atención sobre la reaparición de la polio en Estados Unidos y la importancia de la presencia de este virus en sus aguas residuales. Pero no solo por ello, sino por la conexión con el caso detectado en Israel, un niño no vacunado de cuatro años y en Londres, porque aunque son lugares alejados, están muy interconectados.

Sin embargo, en España, “estaríamos bastante cubiertos”, nos dice el doctor. “Ahora mismo, de hecho, no podemos hablar de que exista riesgo en nuestro país”. Ahora bien, nos advierte, “hincapié en que los niños sigan vacunándose como hasta ahora, somos el espejo en el que se mira Europa, con coberturas de vacunación en niños pequeños superiores al 95% y, con este ritmo, aunque llegase el virus a nuestras aguas residuales, sería muy difícil comenzar a ver contagios”.

 

La importancia (y exigencia) de la vacunación

Otra de las causas de la aparición del virus de la polio de la que no hemos hablado anteriormente, pero que el doctor nos destaca, “es que los casos han aparecido en aquellos lugares donde las coberturas de vacunación se sitúan, en el caso del condado de Nueva York, por debajo de un 70%”. De hecho, Reino Unido, tras la aparición de este caso, nos cuenta, “ha decidido poner una dosis de vacuna de la polio muerta inyectable a todos los niños de uno a nueve años”. De esta forma, se confirma que su incidencia es mayor siempre en aquellos lugares en los que no están protegidos. De ahí que, “debamos incidir con todos nuestros esfuerzos en que la vacunación en este sentido es vital”.

En España, el calendario de vacunación prevé que, la vacuna antipoliomielítica inactivada (VPI) se ponga en cuatro dosis: la primera vacunación con dos dosis a los dos y los cuatro meses, junto con dos refuerzos, a los once meses y a los seis años. Y no hay que saltarse ninguna dosis. De hecho, “parece una tontería, pero en el caso del COVID-19, como se ha perdido el miedo a la enfermedad, ya hay un fracaso en la vacunación de los niños, llegando a poco más del 40% de vacunados a la segunda dosis. Esto no puede trasladarse a las vacunas del calendario vacunacional habitual”.

Además de centrarnos en la vacunación, deben existir otras pautas de actuación. El Ministerio de Sanidad “me imagino, estará trabajando en ello”, nos dice, “porque si no lo buscas, no lo encuentras”. Por ello, seguramente, ya se estén analizando las aguas residuales de nuestro país para ver si existen restos o no del virus de la polio vacunal en aguas fecales contaminadas, que es lo que ha ocurrido en Londres y Nueva York. En España, para tranquilidad de todos, “existe un programa que se llama Vigilancia de la Parálisis Flácida Aguda (PFA) que, aunque existen muchas enfermedades que pueden causarla, la polio es una de ellas y, por tanto, el lugar donde puede aparecer se analiza”. Es un programa que se inició precisamente con la erradicación de la polio en nuestro país y está funcionando muy bien, nos confirma el doctor. Por tanto, junto a la vacunación, nuestra segunda arma de defensa será la vigilancia.