Estudiantes de competencias digitales y computacionales.©AdobeStock

Educación

¿Qué beneficios tiene incluir la robótica y programación en la educación de nuestros hijos?

Pedro Sánchez anunciaba la introducción de este “nuevo idioma”. Una medida que pretende dar un giro al sistema educativo y que afectará a todos los cursos de la educación obligatoria.

“Vamos a dar un impulso nuevo, muy ilusionante, en el sistema educativo de nuestro país”. Estas eran las palabras que Pedro Sánchez pronunciaba la semana pasada en el Debate sobre el Estado de la Nación. Este impulso promete, en todas las escuelas, incorporar el aprendizaje de “un nuevo idioma”, nos dijo. Pero no es el francés ni el alemán ni el chino. Es “el idioma del presente y del futuro: la programación y la robótica”, señalaba el presidente del Gobierno. Una enseñanza transversal que comenzará en los cursos de Educación Infantil, pero pasará también por la Educación Primaria y la Educación Secundaria Obligatoria.

Así lo manifestó en el Congreso de los Diputados, donde destacó también que la educación pública, la formación profesional y la universidad son “pilares fundamentales para España”. De ahí que este programa, en cuanto se apruebe, afectará a los casi 6 millones de alumnos que cursan la etapa educativa que comprende, “pudiendo desarrollar su competencia digital de manera general en pensamiento computacional, programación y robótica”, señaló. Conceptos con los que la mayoría de los padres no estamos familiarizados y, quizás, temamos no poder ayudarles y ofrecerles las herramientas necesarias. Por eso, hemos querido hablar con Daniel Pérez Palau, director del Máster en Matemática Computacional de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), para que nos explique qué beneficios tiene esta educación y cómo se puede llevar a las aulas.

¿Por qué un Programa Código Escuela 4.0?

Hace unos años, concretamente en enero de 2018, el Ministerio de Educación publicaba el estudio Programación, robótica y pensamiento computacional en el aula. En él, se decía que en nuestro país se estaba produciendo “una lenta y desigual introducción de estos contenidos en las aulas”. Cuatro años después, en enero de este mismo año, la ministra Isabel Celáa, junto a todas las Comunidades Autónomas, llegó al acuerdo de realizar una actualización del Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente que se había aprobado en 2020, precisamente con la intención de impulsar las habilidades digitales del profesorado y su aprendizaje en las aulas.

El mismo objetivo que tiene el Programa Código Escuela 4.0 que anunciaba Pedro Sánchez la semana pasada y que viene a solventar las carencias en competencias digitales que tiene la enseñanza española. Y es que estamos ante una sociedad que demanda, cada vez más, este tipo de competencias, como ya anunciaba la propia Unión Europea en su Plan de Acción de Educación Digital 2021-2027, con el que pide “fomentar el desarrollo de un sistema educativo digital de alto rendimiento”. Ya sabemos que estamos en una era de transformación digital, tenía que llegar también a las escuelas.

Beneficios de las competencias digitales

El objetivo principal de la inclusión del pensamiento computacional en la educación de los más jóvenes es, según nos explican desde la UNIR, la de fomentar las competencias que “les hagan pasar de consumidores a productores de tecnología”. Un aprendizaje importante que adquirir e incluir en sus currículos, debido a la alta demanda de este tipo de perfiles en la actualidad. Pero no solo llegarán más preparados al mundo laboral, sino que incluir este tipo de enseñanza en todos los cursos, como propone el Presidente, tiene otras grandes ventajas, nos dicen:

  1. Estimular la creatividad de los niños.
  2. Trabajar también la capacidad de razonamiento y de pensamiento crítico.
  3. Desarrollamos y reforzamos las habilidades numéricas y lingüísticas que estudias en otras materias.
  4. Fomentar las dotes de liderazgo y el trabajo en equipo.

En definitiva, “es una inversión a largo plazo para la estructura económica y social del país, ya que nos permite poner los cimientos de nuevas generaciones capaces de crear contenido digital y de adaptarse a los entornos cambiantes, gestionar situaciones complejas y configurar soluciones interdisciplinares”.

¿Cómo podemos incluir este aprendizaje en las aulas?

Al contrario de lo que todos pensamos, nos dice el profesor, “introducir el pensamiento computacional en un aula no implica obligatoriamente el uso de un ordenador”, sobre todo, si hablamos de la educación destinada a los más pequeños. En realidad, el pensamiento computacional lo que hace es “ayudarnos a estructurar la mente para conocer qué herramientas necesito para conseguir un objetivo, resolver un problema o, incluso, formularlo”. Sí, para ello están los ordenadores, pero hay otras formas que me pueden ayudar a trabajar en clase “cómo funciona este problema que tengo delante y cómo hago para llegar al objetivo que quiero”.

“Hay muchas escuelas con visiones muy diferentes de cómo hacerlo”, nos explica el profesor, además de que en algunas escuelas es algo que ya se lleva trabajando con éxito tres o cuatro años. Por tanto, no hay dificultad en adaptar este pensamiento computacional y esa programación básica a la educación desde los primeros cursos. Algunos ejemplos, nos cuenta el profesor:

  • Es animarles a pensar cómo plantear un algoritmo, algo tan sencillo como hacerlo a través de un laberinto. Dando órdenes y siguiendo instrucciones, “pon la mano al final de la pared, gírala hacia la derecha, etc”.
  • Pequeños juegos que pueden crear ellos mismos en una cuadrícula, diciéndole qué movimientos realizar a través de ellas.
  • “El problema que nos encontramos muchas veces es que no saben cómo se están dando esas órdenes”, que es precisamente la base de la programación más básica. Por eso, otro juego puede ser el de poner a un alumno en un punto del espacio escolar, pedirle a otro que le guíe hasta un punto rojo al final y ver cómo se gestiona el avance. Lo interesante aquí “es ver cómo se interpreta el dar órdenes y el recibirlas”.

Todo esto es algo que, efectivamente, no veías nunca en un aula, pero que ahora se está viendo bastante, porque “estamos consiguiendo una educación más transversal”. El reto que tenemos ahora es hacerles interesante a los alumnos, nos dice, “cómo resolver una ecuación, porque a ellos les interesa un videojuego, cómo funciona y lo que hacen; pero todo ello tiene precisamente esta base computacional”. Hay que hacérsela atractiva, ayudarles a pensar de manera estructurada, que es lo que les dará luego la herramienta indispensable de enfrentarse a los problemas: ser capaces de ver sus partes y ordenarlas.