Bebé de tres meses sonriente©AdobeStock

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¿Qué es el reflejo rojo que se examina en el bebé?

Entre las numerosas pruebas médicas que se hacen a todos los recién nacidos y a todos los bebés en sus primeros meses de vida está el test para explorar el reflejo rojo en sus ojos. ¿Qué detecta?

El ojo del bebé debe ser transparente y dejar pasar la luz. Cuando no es así, hay una serie de manifestaciones que alertan de que alguno de los componentes del globo ocular (córnea, cristalino, humor vítreo...) tiene alguna alteración. Para descartarlo se utiliza el test del reflejo rojo, que se irá repitiendo en los primeros años de vida del niño.

El Dr. Carlos Laria Ochaita, director nacional de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismos de Clínica Baviera y vicepresidente de la Sociedad Española de Estrabología y Oftalmología Pediátrica nos habla de ello.

¿Cómo se hace la exploración del reflejo rojo?

La prueba para examinar el reflejo rojo en los ojos del bebé se hace a los recién nacidos para “descartar cualquier opacidad dentro del globo ocular que dificulte el correcto desarrollo de la visión”, indica el experto.

Se realiza mediante un instrumento llamado oftalmoscopio que lo que hace es proyectar una luz sobre los ojos del niño. En ese momento, los ojos reaccionarían del mismo modo a cuando se exponen a una luz fuerte, como la del flash de una foto. Si todo va bien, esa luminosidad no se encontrará con ningún obstáculo en su camino. Cuando es así, el ojo reaccionará mostrando un aspecto rojo en la zona de la pupila. El efecto es el mismo al que se percibe cuando se hace una foto con flash y la persona retratada sale con los ojos rojos.

No se trata, por tanto, de una prueba invasiva ni peligrosa. Solo se proyecta una luz dirigida sobre el ojo para ver cómo este reacciona.

“La exploración del reflejo rojo siempre va a ser realizada inicialmente por el pediatra y ante cualquier alteración lo va a remitir al oftalmólogo para que realice una valoración más precisa y ponga los medios adecuados para su resolución”, advierte el Dr. Laria Ochaita.

¿Cómo es el reflejo rojo normal y cómo es el alterado?

Cuando la prueba del reflejo rojo arroja un resultado normal, el bebé tendría que mostrar un reflejo rojo en ambos ojos y que este fuera simétrico.

“El reflejo del fondo de ojo debe ser nítido, simétrico y sin manchas”, detalla el especialista de Clínica Baviera. Cualquier alteración del reflejo puede implicar patologías importantes que afecten a la visión o a otros órganos. Así, por ejemplo, un reflejo rojo alterado puede indicar, entre otros:

  • Defectos en el desarrollo del globo ocular.
  • Alteraciones en la córnea.
  • Cataratas congénitas.
  • Tumores, como el retinoblastoma, que es el cáncer ocular más frecuente y que suele afectar fundamentalmente a niños.

Además de estas patologías importantes, un reflejo rojo alterado también puede deberse a otros problemas menos graves, como defectos de refracción: “La necesidad de gafas se evidenciaría por asimetrías en dicho reflejo”, aclara.

Lo importante es que, una vez que se detecte cualquier problema en este sentido, se instaure un tratamiento inmediato “para favorecer el correcto desarrollo de la visión desde recién nacido”, subraya el Dr. Carlos Laria.

¿Pueden los padres darse cuenta de este problema?

La visión del niño es inmadura cuando nace y se va desarrollando a lo largo del tiempo. Es por este motivo por lo que tanto esta prueba como otras que tienen que ver con sus ojos se repiten a lo largo de las sucesivas revisiones. En este caso, la prueba del reflejo rojo se suele hacer en los dos o tres primeros años de vida, ya que “pueden aparecer patologías a lo largo del desarrollo que impliquen modificaciones en dicho reflejo”, advierte el vicepresidente de la Sociedad Española de Estrabología y Oftalmología Pediátrica.

Algunas patologías que tienen que ver con la capacidad visual del niño son fácilmente detectables, pero otras no dan tantas señales evidentes, “por ello todos los bebés debieran revisarse a lo largo del primer año de vida, aunque no se haya detectado nada”, recomienda.

No obstante, hay una manifestación de alteraciones en este sentido que es muy evidente. Sucede cuando se hace una fotografía con flash. Si el niño muestra un reflejo blanco sobre la pupila (en Medicina se denomina leucocoria), es que la luz no ha pasado. El reflejo debería ser rojo y no blanco, por eso, si esto sucede, los padres o cualquier persona que vea la imagen, deben advertir de ello al pediatra para que el niño sea examinado. En los casos más graves podría indicar la presencia de un retinoblastoma, ante el que hay que intervenir cuanto antes.

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