Adolescente con móvil tirado en la cama©AdobeStock

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Calculadoras camuflaje, ¿qué te está ocultando tu hijo?

¿Sabes qué son las calculadoras camuflaje, o también llamadas calculadoras falsas, y para qué las usan tus hijos? Entérate de cómo funcionan y ponte en alerta.

Cuando los niños se van acercando a la adolescencia, cada vez buscan más independencia, tanto de sus padres, como de todo aquello que les genere algún tipo de control. Se aíslan o pasan más tiempo en su cuarto, no les gusta dar muchas explicaciones de lo que hacen, con quién quedan, dónde van… Es una etapa dura y complicada por la que tienen que pasar para madurar y en la que también, seguramente, te estén ocultando algunas cosas. Y no solo hablamos del ámbito familiar, social o personal, sino que, en la actualidad, el digital y las nuevas tecnologías, también están muy presentes en su vida y, por tanto, se convierten en una vía más de controversia.

¿Cómo hacen para ocultar la información que no quieren que los padres vean en sus móviles y tablets? Desde hace años existen las llamadas calculadoras camuflaje, también conocidas como calculadoras falsas, que actúan como una app normal de cálculo, pero, en las que además de poder hacer operaciones matemáticas, les sirven como filtro para ocultar a sus padres todo tipo de información ya sean fotos, programas, archivos, vídeos… En definitiva, todo aquello que saben que a sus progenitores no les haría ninguna gracia. “Son las cajas fuertes digitales de los adolescentes. Introduciendo la clave secreta se abre la verdadera funcionalidad de la aplicación, que no es más que ocultar archivos a ojos ajenos”, nos cuenta María José Abad, coordinadora de contenidos de Empantallados.com.


¿Dónde consiguen estas aplicaciones?

Según nos explica María José, “las puedes encontrar gratuitamente tanto en Apple Store como en la Play Store. Hay decenas de aplicaciones similares y también otras maneras, quizá más comunes que el uso de estas apps, que llevan a cabo nuestros hijos para que no veamos los sitios web que visitan en Internet”. Y nos pone los siguientes ejemplos:

  • Borrar el historial: todo adolescente ha hecho esto en algún momento de su vida. Eliminar el rastro web para evitar que otros vean los sitios que ha visitado en Internet. Es la técnica más usada por los menores.
  • Navegar en modo incógnito: este modo de navegación permite visitar sitios web sin que queden registrados en el historial. “Pero, algo que te puede interesar para transmitir a tu hijo, es que esto no significa que el rastro desaparezca. Aunque la navegación no quede guardada en el dispositivo, sí que deja rastro en el sitio web. Es más, la actividad de navegación podrá ser vista por la empresa proveedora de internet, el propietario del ordenador y el propietario del sitio web”, dice la experta.
  • Usar el móvil en lugar de un ordenador: por lo general, el móvil es un dispositivo menos controlado por los padres, por lo que a menudo los menores recurren al teléfono móvil para navegar, guardar o compartir contenido inapropiado.
  • Cerrar rápido las pestañas: no necesita conocimientos técnicos, solo destreza y buenos reflejos para cerrar a toda prisa las ventanas de navegación. “Te sorprendería saber la de ventanas por segundo que puede cerrar un hijo cuando ve a su padre (o cualquier otro adulto) aproximarse a su ordenador”, nos cuenta.

Podríamos decir que estas calculadoras entrañan todo un arte del ocultismo para los jóvenes, pero estos, por otra parte, están muy lejos de conocer todo lo que conllevan estas aplicaciones.“Estas apps, que se pueden también encontrar fácilmente (además de en los market place) en links de descarga en redes sociales y a través de campañas de phishing, o gancho, para captar la atención de los chicos, tienen una doble vertiente. Por un lado, que los chavales las usen como una herramienta para ocultar información o saltarse las barreras de control parental de sus padres. Y, por otra, que esa información se mande de forma categorizada a grupos de ciberdelincuentes que podrán acceder a todos los datos de los jóvenes, para su propio beneficio y lucro”, explica Raúl Guillén, especialista en Ciberseguridad y colaborador en el programa de radio CiberClick.

Joven haciéndose un selfie©AdobeStock


¿Es posible detectar si nuestros hijos las usan?

La respuesta a esta pregunta es un tanto complicada ya que, suele ser muy difícil detectar este tipo de aplicaciones. Incluso para empresas que se dedican específicamente a la protección de datos en el ámbito digital, así como a la ciberseguridad. La razón es muy simple: “No sólo tienen apariencia de calculadora, también hay apps con el mismo cometido con apariencia de reloj, de ecualizador de sonidos… Lo que siempre recomendamos desde Empantallados es que haya unas normas claras en el uso de los dispositivos móviles: ¿cuánto tiempo vamos a dedicar semanalmente? Establecer un límite de tiempo es importante y más si está dejando de hacer otras actividades importantes en su desarrollo personal: leer, estudiar con mayor dedicación, hacer deporte, ayudar en casa en las tareas domésticas, pasar tiempo hablando con su familia, etc…”, recomienda María José.

Pero, por mucho que quieras proteger a tus hijos de este tipo de delincuencia, “es imposible poder controlar a tu hijo con el móvil de un tercero… Nunca vas a poder controlar todos los elementos de conexión de tu hijo. Para mí, el fiscalizar o intentar controlar el uso que hacen tus hijos de sus terminales es improductivo. Cuando, además, los adolescentes, saben utilizar mejor la tecnología que los padres”, asegura Raúl Guillén, quién además nos habla del concepto ‘confianza cero’. ¿Qué significa?

Normalmente es un término que se utiliza en entornos empresariales, pero también se usa mucho en el ámbito digital, y el experto advierte: “Cuidado con la información, tanto privada como pública que compartimos y publicamos en redes sociales. El mayor consejo es ser claros con nuestros hijos, conocer todos los riesgos asociados a la tecnología y redes sociales, apoyarnos en grupos de colaboración, en la educación y en la concienciación para la prevención de estos casos de delincuencia.
Cuando hablamos de este tipo de herramientas de camuflaje nuestros hijos deben saber que la información que se ‘oculte’ no está segura y, lo más probable, es que se envíen a mafias y grupos organizados. Además en un contexto más amplio es importante destacar que muchos delincuentes se pueden hacer pasar por compañeros de clase o amigos para conseguir la confianza del menor, y así hacerse con todos los datos personales del chico. Por tanto, aquí usaríamos el concepto ‘confianza cero’, es decir, que nuestros hijos desconfíen siempre en entornos digitales, y esto aplica tanto a la identidad digital de los contactos como a las aplicaciones descargadas”.

En la 4ª edición del estudio El impacto de las pantallas en la vida familiar, llevado a cabo por Empantallados y GAD3, se publicó un listado sobre las preocupaciones más frecuentes entre los padres, en lo referente a tecnología, y los primeros puestos los ocupan la relación con desconocidos, el ciberacoso, el acceso a contenidos inadecuados, daños en la salud mental y dependencia a redes sociales.

“Para prevenir el uso de estas aplicaciones, los padres tenemos una labor esencial e ineludible y es la de formar a nuestros hijos con nuestro ejemplo; y con conversaciones habituales y abiertas. Aprovechar las situaciones que se dan en nuestro día a día para tratar muchos temas dándoles un criterio claro con mensajes adecuados a su edad”, concluye María José. Y es que, en contraposición, añade la experta, muchas veces los padres no confían en su papel educador, pero, según el estudio citando anteriormente: “El 78% de los adolescentes reconocen que, aunque piensen distinto, hacen caso de los consejos de sus padres”.

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