Fobia social adolescentes.©Istock

Adolescentes

Qué es la fobia social y cómo podemos identificarla

Es un miedo persistente que, en los últimos años, ha aumentado cosiderablemente entre los 14 y los 16 años de edad. No es un trastorno como tal, sino una manifestación o consecuencia de experiencias traumáticas no integradas.

Por fin hemos vuelto a poder socializar sin miedo, como hacíamos antes de la pandemia la gran mayoría de nosotros. Sin embargo, para muchos jóvenes, ha llegado el temor de abandornar la mascarilla y mostrar, como se hacía antes, todos sus complejos e inseguridades. De esta forma, los expertos hablan de que la COVID-19 ha aumentado considerablemente la fobia social entre los adolescentes. Pero, ¿qué es exactamente?

La retirada de las mascarillas, sobre todo, ha propiciado que exista cierta fobia al juicio físico. De ahí que haya muchos de ellos que, en un primer momento, no se la quisieran quitar. De hecho, ha supuesto también un beneficio a ciertas personas que sufrían, por ejemplo, acoso escolar. Un trastono de ansiedad social que se conoce como fobia social y que se entiende “como el miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas”, nos explica Patricia Valseca Marqués, psicóloga infantojuvenil y directora de Aware Psicología Noroeste en Boadilla del Monte (Madrid). Con ella hemos querido hablar de lo que es, de sus síntomas y el aumento de su incidencia.

La fobia social, ¿es un trastorno en sí mismo?

Cuando hablamos de fobia social, no podemos hablar de un trastorno como tal. “Tras muchos años acompañando a muchos adolescentes en su proceso de ir asimilando lo vivido en cada una de sus historias, he podido comprobar que la ansiedad social no es un trastorno como tal, sino una manifestación y/o consecuencia de experiencias traumáticas no integradas”, advierte la experta. Se desarrolla en muchas edades de la adolescencia, nos explica, “pero cuando más se dispara es entre los 14 y los 16 años”.

Las cifras de su incidencia son bastante elevadas, pero tienden a pasar desaparcibidas y, por tanto, no se le da la importancia que requiere. La experta nos explica que, cuando nombramos la palabra trauma, algunas personas suelen decir que ellos no recuerdan haber vivido un acontencimiento tan grave. “Pero yo siempre les digo lo mismo: tendemos a pensar en una experiencia traumática como algo muy grave y, realmente, las situaciones traumáticas responden más a la falta de recursos que a la gravedad de los hechos que los disparan”.

Cómo superar la fobia social en adolescentes©AdobeStock

Ahora bien, la psicológa matiza que, realmente, cualquier experiencia es susceptible de convertirse en traumática. “Lo que resulta traumático es verse silenciado, sin voz para gritar y compartir lo ocurrido, sin legitimación sobre lo sentido, en soledad, desprotegido….”, expone. Hemos de diferenciar esta situación, por ejemplo, con la timidez, ya que cuando la gente se siente muy cohibida y ansiosa, hasta tal punto de que no puede hablar o socializar la mayor parte del tiempo, es probable que la causa vaya más allá.

“Ahí juega un gran papel la ansiedad, ese indicador que sirve como punto de partida para poder entender. Al final, si conseguimos mirar debajo de toda esa sintomatología, llegaremos a la raíz de por qué me importa tanto la opinión y/o juicio de otra persona o personas. Y preguntarnos: ¿para qué necesito protegerme y no exponerme?”, se cuestiona la psicóloga.

Síntomas de la fobia social en adolescentes

La psicóloga nos comenta cuáles son los principales síntomas de la fobia social en adolescentes:

  • Enrojecerse, sudar, temblar, o sentir que el corazón les late muy rápido o que su “mente se pone en blanco”.
  • Tener náuseas o malestar estomacal.
  • Mostrar una postura corporal rígida, hacer poco contacto visual o hablar con una voz sumamente baja.
  • Sentirse asustados o dificultárseles estar con otras personas, especialmente si aún no las conocen, y tener problemas para hablar con ellas por más que quisieran hacerlo.
  • Ser muy conscientes de sí mismas frente a otras personas y sentirse avergonzadas y torpes.
  • Tener mucho miedo de que otras personas las juzguen.
  • Evitar los lugares donde hay otras personas.

¿Cómo afrontar una fobia social?

En el caso de encontrarnos ante una sitación como esta, una vez detectada, para lo que es improtante acudir a un profesional, el tratamiento iría encaminado, nos explica la experta, hacia las siguientes fases:

  1. Reducción de síntomas y estabilización: La especialista sostiene que cuando se pone nombre a las cosas y uno comienza a entender qué le ocurre, automáticamente los síntomas se reducen. Se trabaja además en el fortalecimiento de la valía personal, autoestima y seguridad en uno mismo.
  2. Trabajar con los recuerdos traumáticos o con lo que conocemos como ansiedad anticipatoria (la ansiedad que surge por el miedo o angustia a que algo va a suceder). No son recuerdos traumáticos, pero lo que creemos que va a suceder funciona de la misma manera. Para ello, “tenemos diferentes formas y técnicas para abordar ambos problemas, como la hipnosis, la caja de arena o el EMDR shec (basada en la forma en la que nuestro cerebro procesa la información)”.
  3. Integración de la personalidad: Pero advierte que en algunos casos será necesario un apoyo farmacológico, ya que los niveles de ansiedad están muy disparados y los pensamientos son constantes y dificulta el trabajo psicoterapéutico.

Referencias

José Olivares Rodríguez, Ana Isabel Rosa Alcázar, Vicente E. Caballo, Luis Joaquín García-López, Mireia Orgilés Amorós, y Cristina López-Gollonet (2003). El tratamiento de la fobia social en niños y adolescentes: una revisión meta-analítica.

María de la Concepción Galiano Ramírez, Ramón Felipe Prado Rodríguez, Reinaldo Gaspar Mustelier Bécquer (2020). Salud mental en la infancia y adolescencia durante la pandemia de COVID-19.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.